martes, 22 de enero de 2013

Entre mares, maniobras navales e influencias políticas

Las Fuerzas Armadas de Rusia han iniciado maniobras en los mares Negro y Mediterráneo.

Aparte de los buques y submarinos de la Marina de Guerra, participan en los mismos la aviación costera de la Marina y la aviación estratégica de la Fuerza Aérea.

La Marina ha asignado para los ejercicios más de veinte buques de guerra y auxiliares, tres submarinos, así como veinticinco aviones y helicópteros de la aviación naval. En los ejercicios están involucradas las fuerzas de las Flotas rusas del Norte, del Báltico y del Mar Negro. En el curso de las maniobras los efectivos se ejercitarán, entre otras cosas, en el desembarco en litoral no acondicionado. Según opina el experto en temas militares y director de la revista Natsionalnaya Oborona (Defensa Nacional), Igor Korótchenko, las maniobras actuales persiguen varios objetivos a la vez: 

—El principal de ellos es perfeccionar los hábitos de actuación de las fuerzas navales en zonas oceánicas lejanas, ensayar las técnicas de desembarco. En el plano político, se trata del apoyo a Siria. Rusia no sólo exhibe en el Mediterráneo su pabellón, sino que hace patente la decisión de garantizar la observancia de las normas del Derecho Internacional a la hora de dar solución al problema sirio. Pienso que Occidente debería entender este mensaje

Una característica peculiar de los ejercicios es la participación de las unidades de desembarco: en total, cuatro grandes buques de desembarco. Es de subrayar que estos dos meses últimos, los buques en cuestión reiteradamente cubrieron la travesía Novorossiysk – Tartus. En opinión de expertos, el grupo de buques de desembarco destacado en el Mediterráneo podría ser utilizado para evacuar a ciudadanos rusos de Siria, en el caso de agravamiento de la situación en este país. De todas formas, Igor Korótchenko se muestra convencido de que Bashar Asad es capaz de tomar bajo su control la situación en el país árabe: 

—Desde el punto de vista práctico, creo que Asad lleva todas las de mantener la situación bajo control y reprimir el embate del terrorismo internacional. Con tanta más razón que los sucesos en Malí y en Siria son de un mismo signo: en ambos casos, la desestabilización es provocada por el terrorismo internacional. La única diferencia radica en que en Malí, el oeste combate el terrorismo, mientras en Siria, al contrario, lo respalda. Es un caso típico de la política de doble rasero. 

La situación de Bashar Asad sigue siendo grave, pero estas semanas últimas, las tropas gubernamentales han asestado fuertes golpes a los terroristas. Los sucesos en África podrían aliviarle la vida a Asad. Los enfrentamientos en Malí desvían los esfuerzos tanto de la jauría terrorista, como los de la OTAN. Me refiero, sobre todo, a Francia, país para el que es vitalmente importante mantener el control sobre Malí por razones económicas

La voz de Rusia

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