17:31 27/02/2014
Moscú, 27 de febrero, RIA Novosti.
Un grupo de parlamentarios rusos se desplazó a la única autonomía ucraniana, mientras que el presidente Vladímir Putin ordenó ayer una “inspección sorpresa” en las unidades militares del oeste y el centro de Rusia. Y es que no es de descartar que el nuevo Gobierno ucraniano termine por usar la fuerza contra el este y el sureste del país, opina el diputado Leonid Slutski, presidente de la comisión para la Comunidad de Estados Independientes del Parlamento ruso, quien acaba de regresar de Crimea.
Todo parece apuntar a un inminente conflicto armado, coincide otro legislador ruso Serguéi Mirónov, argumentando que Crimea aloja la base de la Flota rusa del Mar Negro, en Sebastopol. Los oficiales y sus familiares son ciudadanos rusos, y el país tiene motivos y capacidad para protegerlos, argumenta.
El Gobierno ruso debe dar protección a todos los residentes de Ucrania que quieren formar parte de Rusia, insiste Slutski, quien opina que una de las opciones podría ser la aceleración de los trámites para conceder la nacionalidad rusa. Un proyecto de ley al respecto podría ser presentado en los próximos días ante la Cámara baja rusa.
Rusia no tendrá que intervenir militarmente, ya que hay otras muchas formas de influir sobre la situación en Ucrania, sostiene a su vez el diputado del oficialista Rusia Unido, Alexéi Zhuravliov, quien continúa en Crimea. Relata que las formaciones prorrusas están organizando milicias en Crimea que cuentan ya con miles de voluntarios alistados.
Otro legislador asegura en declaraciones a Vedomosti que recibe llamadas de sus electores rusos dispuestos a viajar a Crimea para defender a su población. Los diputados subrayan que el Gobierno ruso no tiene nada que ver con lo de las milicias y que Moscú se mantiene expectante por el momento, mientras no se haya formado el nuevo Ejecutivo del país vecino, explica Viacheslav Níkonov, de Rusia Unida.
A diferencia de Abjasia y Osetia del Sur, Crimea nunca ha sido un territorio con autogobierno. Además, Rusia tampoco quiere meterse en un conflicto similar al de Osetia del Sur, pero con un enemigo que tiene un potencial bélico mucho mayor que Georgia, sostiene el politólogo Vladímir Kornílov.
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