13 de noviembre de 2013
A finales de la semana pasada una delegación de políticos egipcios
de la nueva cúpula militar visitó Moscú. Según ellos mismos comentaban
al diario 'Kommersant', El Cairo espera que Rusia ayude a Egipto a
ofrecer resistencia a Estados Unidos, que condena el derrocamiento del
presidente islamista y ha retirado la mayor parte de la ayuda militar al
país. Por su parte, Egipto promete promover los intereses de Moscú en
Oriente Próximo e incluso está dispuesto a colocar en su territorio
“instalaciones afines a Rusia”.
Se trata de la segunda visita en los últimos
dos meses de emisarios egipcios a Moscú. En esta ocasión, según declaran los
miembros de la delegación, la visita estuvo dedicada a “devolver a las
relaciones bilaterales un carácter estratégico como el que tenían durante la época
soviética”.
El objetivo más pragmático de la visita
consistía en preparar las bases para unas futuras negociaciones en El Cairo en
formato “2+2”
entre los ministros de Asuntos Exteriores y Defensa de Rusia (Serguéi Lavrov y
Serguéi Shoigú) y sus homólogos egipcios, Nabil Fahmi y Abdul Fatah al-Sisi. La
delegación, formada por miembros del primer gobierno de transición de Egipto
desde la “Revolución de enero” y que contaba con representantes del antiguo
comandante general de la Fuerza Aérea Egipcia, Ahmed Shafiq, ha llevado a cabo
varias reuniones en Moscú, entre las que destacan unas negociaciones con los
representantes especiales del presidente de la Federación Rusa para asuntos de
Oriente Próximo y África, Mijaíl Bogdánov y Mijaíl Marguélov.
Las relaciones entre la URSS y Egipto
fueron estrechas durante las décadas de 1950 y 1960. La URSS apoyó a
Egipto cuando nacionalizó el canal de Suez en 1956, le ayudó en la
construcción de la presa de Asuán y respaldó a los egipcios en la guerra
de los Seis Días de 1967. En 1971 ambos países firmaron un tratado de
amistad valedero durante quince años. Aunque la URSS criticó la visita
del presidente egipcio Anwar al-Sadat a Jerusalén en 1977 para alcanzar
la paz en el conflicto árabe-israelí. En diciembre de 1977, Al-Sadat
ordenó a la URSS cerrar sus consulados y cesar todas sus actividades
culturales.
Los visitantes proponen a Rusia “volver a
desempeñar un papel de liderazgo en Oriente Próximo”. “Para El Cairo fue muy
importante que el presidente Putin apoyara la revolución del 30 de junio”, declaraba Ahmed al-Fadali, miembro de la dirección del partido Istiqlal, a
pesar de que el presidente de la Federación Rusa nunca ha declarado
directamente su apoyo al último golpe de estado en Egipto. “Rusia tiene
intereses en la región, necesita un nuevo amigo y un potente aliado. Los
Hermanos Musulmanes estaban a favor de una yihad en Siria, pero ahora Egipto
apoya completamente la postura de Putin respecto a este problema. Nosotros
declaramos que la regulación debería ser política y esperamos que se celebre la
conferencia de paz Ginebra 2. El Cairo también necesita un buen amigo. Esperamos que Moscú nos ayude a
ofrecer resistencia a la presión que ejercen los países occidentales”,
declaraba el antiguo ministro de Asuntos Exteriores de Egipto, Mohamed al
Orabi.
El pasado 3 de julio, los militares
tomaron el poder y acabaron con un año de gobierno de los Hermanos
Musulmanes. Estos habían llegado al poder mediante las urnas. Ahora
reclaman su derecho a ejercer el poder y apelan a la legitimidad de las
urnas. El gobierno del depuesto Morsi no estuvo exento de protestas y
excesos. En estos momentos se prepara una nueva constitución. A mediados
de 2014 habrá elecciones presidenciales y posteriormente, legislativas.
Será la consagración de un nuevo sistema de gobierno en el mayor país
árabe.
En octubre Estados Unidos declaró que iba a
reducir considerablemente la ayuda militar anual a Egipto, que hasta ahora
rondaba los 1.400 millones de dólares. El Cairo se ha visto privado de más de
500 millones de dólares en suministro de helicópteros Apache, así como de cazas
F-16 y misiles navales Harpoon, repuestos para tanques y una asistencia
financiera de unos 250 millones de dólares.
Aunque los expertos se muestran escépticos
sobre la posibilidad de una cooperación estratégica real entre Moscú y El Cairo
e incluso los propios egipcios reconocen que no ven una alternativa viable a
las relaciones con Estados Unidos, Rusia podría obtener algunas ventajas. Los
visitantes egipcios aseguran que están dispuestos a discutir la creación en su
territorio de “instalaciones afines a Rusia”. El tema principal de las
negociaciones “2+2”
en El Cairo podría ser el suministro de armamento ruso: los medios de
comunicación egipcios hablan de unos 4.000 millones de dólares para este
objetivo.
Rosoboronexport, una corporación estatal que
controla todas las exportaciones de la industria rusa de defensa, no ha
comentado las dimensiones de los futuros contratos, aunque confirma estar
interesada en la reparación de antigua tecnología militar soviética y en la
venta de nuevo armamento a Egipto, que durante las últimas décadas ha cooperado
en este ámbito exclusivamente con Estados Unidos.
A Rusia le preocupa principalmente la
solvencia de El Cairo, pero Moscú está dispuesta a estudiar también la
posibilidad de ofrecerle una línea de crédito. Según informaron al diario Kommersant
los miembros de la delegación egipcia, El Cairo cuenta para ello con el apoyo
de los países del Golfo Pérsico (con excepción de Catar, que apoya a los
Hermanos Musulmanes). Este verano Arabia Saudí concedió a Egipto un crédito de
12.000 millones de dólares y en octubre le prometió otros 5.000 millones.
lA VOZ DE RUSIA
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