Foto: EPA
La creación de una base naval en el cabo de
Kamran no está en los planes de Hanói. El ministro de Defensa de la
República Socialista de Vietnam, Phung Quang Thanh, señaló que la
postura de Vietnam consiste en no permitir a ningún Estado establecer
bases militares propias de Kamran. Al propio tiempo, allí se tiene
previsto crear un centro internacional de mantenimiento de buques. La
posibilidad de utilizar ese puerto puede tener enorme significado para
la Armada rusa, subraya el vicepresidente de la Academia de Problemas
Geopolíticos, Konstantín Sivkov:
–Si
queremos tener la posibilidad de estar permanentemente presentes en las
regiones lejanas del océano mundial debemos tener puntos de
emplazamiento, para que los buques puedan arribar a ellos y ser
reparados. Si Rusia decide sellar un tratado para crear tal punto, eso
implica que considera necesaria la presencia de buques de guerra de la
Federación Rusa en las regiones australes del océano Pacífico. O sea que
Rusia, al exhibir su pabellón naval, proyecta garantizar el respaldo a
sus intereses políticos y económicos exteriores, y de otra índole en esa
región.
El logro de tales acuerdos sería
imposible sin el desarrollo exitoso de la cooperación técnico-militar
entre los dos países, aunque difícilmente valga la pena ligar
directamente lo uno con lo otro. Vietnam no solo refuerza la cooperación
técnico-militar, sino también tiene previsto desarrollar los nexos
político-militares con Rusia. La Marina vietnamita muestra un gran
interés por el incremento de su poderío. Se está cumpliendo un contrato
de suministro hasta 2016 de seis submarinos no atómicos del proyecto
636. La entrega de los primeros dos está prevista para este año. Por su
carácter súper secreto los especialistas de la OTAN los denominan
“agujero negro en el océano”. A fines de año las Fuerzas Navales de
Vietnam debe recibir la primera de las seis lanchas de misiles Molnia,
que se están construyendo bajo licencia rusa. La Armada de Vietnam
tendrá diez de esas lanchas. En 2016 y 2017 se hará entrega al cliente
de dos corbetas clase Gepard, sostiene el asesor del jefe del Estado
Mayor General, almirante Ígor KIasatónov:
–Vietnam
puede comprar todo esto a Rusia, son artículos altamente tecnológicos y
responden a la doctrina naval de Vietnam. Los buques menores son
apropiados para la defensa de las aguas territoriales vietnamitas. El
desarrollo de la flota menor es una buena perspectiva para ellos. A
expensas de la cooperación técnico-militar ellos crearán rápidamente tal
flota.
Hace más de dos décadas en la península
de Kamran había un punto de avituallamiento de la retaguardia de la
flota del Pacífico de Rusia. Era la base más grande de la Marina de
Guerra en el exterior. Pero, después de haber cumplido las tareas
planteadas, en 2002 Moscú devolvió oficialmente esa base a Vietnam.
Los
expertos coinciden en opinar que en el futuro Rusia debe crear bases
navales en territorio de otros países, si bien se trata de una cuestión
muy complicada, para cuya solución se necesitarán años. En cambio, el
aprovechamiento de la infraestructura portuaria de Vietnam, Venezuela,
Cuba y otros países, con los que Rusia desarrolla exitosamente la
cooperación técnico-militar, tiene ventajas evidentes y puede ser muy
eficaz.
La voz de RUsia
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