16:17 23/07/2013
Washington / Moscú, 23 de Julio, RIA Novosti.
Estas opciones son: ataques aéreos limitados, ampliación de programas de entrenamiento de rebeldes, zona de exclusión aérea sobre Siria, control de arsenales químicos y creación de zonas tampón en territorios no controlados por el régimen. Dempsey, nominado para el segundo mandato, esbozó los costes y los riesgos de cada alternativa en una carta de respuesta al jefe del comité de Servicios Armados del Senado, Carl Levin.
El incremento de programas de adiestramiento costaría a EEUU unos 500 millones de dólares al año y supondría emplazar entre varios centenares y varios miles de militares en áreas seguras fuera de Siria. Esta opción supondría, sin embargo, el riesgo de ataques transfronterizos por parte del Ejército gubernamental.
Una zona de exclusión aérea requeriría un gasto de hasta mil millones de dólares mensuales, además de emplazar centenares de aviones estadounidenses en países adyacentes a Siria o en portaviones. Y la medida no necesariamente contribuiría a reducir la violencia porque las más de las veces el Ejército regular ataca a los rebeldes en tierra.
La creación de zonas tampón en Siria, en las fronteras con Jordania y Turquía por ejemplo, también implicaría la necesidad de establecer una zona limitada de exclusión aérea y enviar miles de efectivos, con un coste mensual de más de mil millones de dólares.
Para neutralizar los arsenales químicos de Siria, sería necesario realizar ataques con aviones y misiles, además de desplegar miles de efectivos de operaciones especiales. Y a la larga se conseguiría “controlar algunas armas químicas, pero no todas”, según Dempsey.
Washington podría optar también por ataques desde el aire con aviones y misiles que le permitirían destruir numerosos objetivos militares en Siria, pero necesitaría centenares de aviones, buques y submarinos. Además, Damasco podría “resistir ataques limitados dispersando sus fuerzas”.
Cualquiera de las cinco opciones, a juicio de Dempsey, ayudaría a los rebeldes y aumentaría la presión sobre el régimen de Bashar Asad pero EEUU también debería estar preparado para consecuencias imprevistas.
El experto Vladímir Batiuk, quien dirige el Centro de estudios políticos y militares en el Instituto de EEUU y Canadá de la Academia de Ciencias de Rusia, opina que “el general Dempsey no intenta mentalizar a la opinión pública de cara a una posible intervención en Siria sino, por el contrario, trata de demostrar que sería algo costoso y contraproducente”.
También Vladímir Sótnikov, del Instituto ruso de Economía Mundial y Relaciones Internacionales, considera que “implicarse ahora en la aventura siria es bastante costoso para EEUU, que aún tiene problemas pendientes en Irak y Afganistán”.
Una experta del Consejo ruso para Asuntos Internacionales, Elena Suponina, piensa que “en un futuro próximo, EEUU se limitará a enviar armas a grupos moderados y fiables de la oposición siria”, habida cuenta de que en sus filas hay gente vinculada con Al Qaeda y es extremadamente difícil controlar el destino de las armas.
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