© Collage: La Voz de Rusia
En efecto, los intereses de las tres potencias están
formando algo así como un triángulo geopolítico que, por cierto, dista
mucho de ser idílico.
El semanario estadounidense The Nation
sostiene que EEUU y China son como dos rivales que se están disputando
la benevolencia de Rusia. El autor del artículo señala que la reciente
visita del nuevo líder de China a Moscú, que coincidió con cierta
reanimación del diálogo estadounidense-ruso sobre la defensa
antimisiles, reduce la influencia de los neoconservadores y otros
“halcones” de orientación antirrusa sobre la jefatura política de EEUU.
Al mismo tiempo, uno de los más conocido “halcones” de Washington,
Zbigniew Brzezinski, fue el primero en reaccionar al acercamiento entre
Moscú y Pekín, diciendo que el presidente de China, Xi Jinping, hizo mal
al realizar su primera visita internacional a Rusia, porque le
convendría más buscar una mayor aproximación con EEUU.
Desde
luego que cada uno de los integrantes del convencional triángulo
Pekín-Washington-Moscú está velando principalmente por sus propios
intereses políticos y económicos. La relación económica entre China y
EEUU es muy estrecha ya que su comercio bilateral se aprecia en casi
quinientos mil millones de dólares. Rusia no tiene tan importantes
vínculos económicos y comerciales con EEUU y esta situación no debe de
cambiar en los próximos años. Por eso, para Rusia China es más relevante
que EEUU desde el punto de vista de las exportaciones de productos
energéticos rusos. Económicamente, Rusia se siente más vinculada a China
como un mercado en crecimiento y a Europa, como su socio tradicional.
Políticamente,
la situación dentro del triángulo es aún más complicada. Desde que EEUU
insiste en implementar su escudo antimisiles en el Extremo Oriente,
China y Rusia se han visto en el mismo barco. Porque Washington tampoco
consulta a China a la hora de desplegar componentes adicionales de su
DAM. El economista Alexánder Salitski señala que las relaciones
políticas ente China y Rusia muestran notables progresos y ya muchos de
los jugadores internacionales, incluido Washington, se han dado cuenta
de que los problemas entre Moscú y Pekín se están solucionando de manera
mucho más rápida y eficaz.
El analista agrega que entre
los políticos rusos es bastante común la opinión de que, al no buscar
la amistad de EEUU, Rusia se está privando de muchas opciones y
beneficios. Pero los estadounidenses no entienden el concepto de
“amistad” tal como lo entendemos nosotros:
—No
tienen antecedentes históricos de esta terminología. Cuando incluimos la
palabra “amistad” en un acuerdo con China, la reminiscencia política es
clarísima. Ambas partes entienden el tipo de relación que se supone.
Puede que alguien lo considere pasado de moda, pero estará equivocado.
Obviamente que la relación con EEUU debería ser definida en otros
términos. Si desprecia abiertamente nuestros intereses de seguridad,
como algo que no tiene mucha importancia, no está en el mejor camino
para tratar con Rusia. Creo que la lógica de las relaciones con China
obligará a EEUU a reconsiderar tarde o temprano su actitud frente a
Rusia, adoptando una postura más positiva.
EEUU
pretende neutralizar a China, después de haber contribuido tanto a su
ascenso hasta las resplandecientes cúspides de la economía y la política
global, asevera el doctor en ciencias históricas, Andréi Volodin,
director del Centro de Estudios Orientales de la Academia Diplomática
adjunta al Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia:
—El
interés de EEUU es sencillo. En primer término, los estadounidenses
buscan recuperar el mundo unipolar que, a modo de ver, perdieron al
invadir Iraq en 2003. El interés chino con respecto a Rusia consiste en
utilizarnos como una contraparte a EEUU que, según los chinos, pretende
bloquearlos dentro de la región Asia-Pacífico. La dialéctica de las
relaciones es bastante complicada y espero que la diplomacia rusa la
tome en consideración. Las relaciones entre China y Rusia son
más estrechas, más de confianza. Pero no somos aliados íntimos con
China, sino socios. Hay procesos objetivos. Por lo tanto, consideramos
los indicios de rivalidad entre China y EEUU como un factor positivo que
nos beneficia en la consecución de nuestros intereses políticos
globales.
Al mismo tiempo, la prioridad de Rusia
dentro y fuera del triángulo geopolítico sigue siendo el desarrollo de
su propia economía nacional. Sin una economía fuerte, Rusia no podrá
seguir conversando de igual a igual con sus socios internacionales a
nivel del triángulo o cualquier otra configuración geopolítica.
La voz de Rusia
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