El conflicto en Siria
adquirió en los últimos meses un marcado carácter sectario y se destaca
por la creciente presencia de combatientes foráneos, advirtieron hoy
los miembros de una comisión independiente de la ONU que investiga las
violaciones de derechos humanos en el país árabe.
“Ahora que se aproxima a su término el segundo año de combates
entre las fuerzas del Gobierno y los grupos armados antigubernamentales,
el conflicto ha adquirido una naturaleza abiertamente sectaria”, señaló
la comisión, presidida por el brasileño Sergio Pinheiro, en un informe
presentado este jueves en Bruselas.
Las fuerzas de seguridad y las milicias que defienden al
régimen gobernante, de minoría alauita, lanzan cada vez más ataques
contra civiles de la mayoría sunita, al tiempo que los rebeldes atacan a
los alauitas y a representantes de otras minorías progubernamentales,
entre ellas, los cristianos, los armenios ortodoxos y los drusos.
Algunas comunidades minoritarias, como cristianos, kurdos y turcomanos,
se vieron arrastradas al conflicto y, en algunos casos, obligadas a
tomar partido o agarrar las armas para defenderse.
“Las minorías étnicas y religiosas, que se sienten amenazadas y
atacadas, se alinean cada vez más con las partes en conflicto, lo cual
acentúa la división sectaria”, según los expertos de la ONU.
La mayoría de los mercenarios extranjeros que llegan a Siria
para engrosar las filas rebeldes o luchar de forma autónoma contra el
régimen son sunitas de otros países del Oriente Medio y el norte del
África.
Por su parte, el movimiento chiita libanés Hezbollah confirmó
que sus militantes combaten en Siria del lado del Gobierno. También hay
datos sobre voluntarios chiitas llegados de Irak. Las autoridades
iraníes, a su vez, confirmaron en septiembre que en Siria se encuentran
algunos miembros de su Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica,
para proporcionar asistencia al régimen.
El informe de la comisión, que cubre el período del 28 de
septiembre al 16 de diciembre, constata que “las partes se han vuelto
más violentas e impredecibles a medida que continúa el conflicto”, por
lo que “incrementan las violaciones de las leyes internacionales”.
La Comisión Independiente de Investigación para Siria incluye a cuatro expertos: Paulo Sergio Pinheiro (presidente), Karen AbuZayd, Carla del Ponte y Vitit Muntarbhorn.
A pesar de que el Gobierno de Bashar Asad no autoriza a la
comisión para realizar pesquisas en Siria, los expertos de la ONU y sus
colaboradores entrevistaron hasta la fecha a un total de casi 1.200
testigos, en particular, unos 100 durante el período analizado en la
última actualización del informe.
Según diversas estimaciones, el conflicto en Siria causó entre
20 y 40 mil muertos y medio millón de refugiados desde marzo de 2011.
Ria Novosti
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