En la Bahía de Kolski en el Ártico ruso tuvieron lugar maniobras de una unidad de fuerzas especiales de la marina de Rusia.
Los militares examinaron a
cursantes realmente muy especiales – las focas árticas. Donde las
capacidades del hombre y de las máquinas de guerra llegan al límite,
ayudan las focas entrenadas.
Cuesta imaginar que
estos simpáticos animales pueden vigilar las instalaciones militares
estratégicas y, en el caso de necesidad, incapacitar al infractor. Son
capaces de detectar un objetivo bajo el agua y analizarlo. Además, las
focas al servicio de la Armada se utilizan para subir a la superficie
desde grandes profundidades objetos hundidos, detectar fugas de petróleo
y gas en gasoductos y salvar náufragos.
Todo esto y
muchas otras cosas enseñan a las focas grises, focas de Groenlandia,
focas barbudas, focas anilladas y belugas, explica el director del
Instituto de Biología Marina de Múrmansk (al norte de Rusia), académico
Guennadi Matishov:
–Las
focas aprenden muy rápido. Si se empieza con las focas muy jóvenes al
cabo de dos meses son capaces de ejecutar cualquier orden.
El
programa de preparación de esta unidad especial empezó a aplicarse por
los investigadores del Instituto de Biología Marina de Múrmansk hace más
de treinta años. En los últimos años, debido a la exploración activa
del Ártico a nivel internacional, estos estudios suscitan un gran
interés. Ahora en los polígonos del Instituto en la Bahía de Kolski se
encuentran varias decenas de animales marinos. Los científicos estudian
su comportamiento y elaboran programas de entrenamiento.
En
un mundo donde la información es el factor decisivo las focas se
convierten en una fuente imprescindible de conocimientos. Estos animales
prácticamente no producen ruido ni vibraciones lo que permite colocar
en su cuerpo unos microprocesadores altamente sensibles para obtener
datos que se controlan desde los satélites. Estas tecnologías son
especialmente útiles en el Ártico, una región muy poco explorada que
posee ricas reservas de hidrocarburos, subraya el vicedirector del
Instituto de Biología Marina de Múrmansk, Pável Makarévich:
–Puedo
asegurar que en el Occidente no existen investigaciones análogas. O,
por lo menos, son tan secretas que sus resultados no se publican. En
cualquier caso, estoy convencido de que somos líderes en esta área de
investigaciones biotecnológicas.
Todos los cursantes pinípedos aprobaron el examen, algunos sacaron un “sobresaliente”.
La voz de Rusia
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