Estados Unidos no descarta ninguna solución a la crisis de Siria,
aunque advierte de que la militarización de su conflicto recrudecería el
caos y la violencia en el país, por lo que apuesta por continuar
presionando al régimen de Bashar Asad, declaró anoche el portavoz
oficial de la Casa Blanca, Jay Carney.
“Nunca nos hemos negado a considerar ninguna opción, aunque no
creemos que la militarización de la situación en Siria sea una solución
correcta. Estamos convencidos de que ello conduciría a un mayor caos y
un mayor derramamiento de sangre”, manifestó Carney.
Indicó además que Washington mantiene contacto con todos los aliados y el Consejo de Seguridad, apoya el plan del enviado especial de la ONU y la Liga Árabe, Kofi Annan, y aún confía en que la presión sobre el régimen de Asad dé resultado.
La presión internacional al régimen sirio aumentó después de que más
de cien personas, entre ellos mujeres y niños, fueran asesinadas los
pasados 25 y 26 de mayo en la localidad siria de Hula. La mayoría de las
víctimas fueron tiroteadas a bocajarro y el resto murieron a causa de
un bombardeo artillero, según datos de la misión de observadores de la
ONU.
Como parte de esa presión, muchos países occidentales como EEUU,
Reino Unido, Italia, España, Canadá, Francia, Alemania, Australia,
Bélgica o Países Bajos anunciaron el pasado martes que expulsan a los
embajadores sirios.
La matanza de Hula fue condenada “en los más firmes términos” por el
Consejo de Seguridad de la ONU que se reunió en una sesión
extraordinario el domingo pasado. No obstante, el Gobierno sirio negó
toda responsabilidad en lo sucedido y acusó de la masacre a grupos
islamistas.
Desde hace un año, Siria es escenario de enfrentamientos armados
entre las fuerzas de seguridad y la oposición que causaron más de 9.000 muertos, según estimaciones de la ONU.
Por su parte, las autoridades del país reportan más de 2.500 muertos
entre militares y agentes del orden público y al menos 3.200 muertos
entre la población civil.
A mediados del pasado mes de abril, el primer grupo de observadores
de la ONU llegó al país árabe para controlar el alto el fuego declarado
como parte del plan de paz del enviado especial de la ONU y la Liga
Árabe para Siria, Kofi Annan.
Fuente Ria Novosti
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