jueves, 9 de febrero de 2012

¿HUBO ESPIONAJE CHINO SOBRE EL F-35?


El programa del F-35 enfrenta nuevas dificultades. Mientras senadores de EE.UU. cuestionan la decisión del Departamento de Defensa de de declarar al F-35B fuera del período de prueba, el ministro de Defensa de Australia, Smith, declaró que está considerando retrasar la compra de 12 de de los 14 F-35 JSF iniciales por un mínimo de 3 años debido a las preocupaciones por más problemas con el programa.

Dos miembros de alto rango del Armed Service Committee del Senado americano, están cuestionando la decisión del secretario de Defensa de los EEUU, Leon Panetta, de haber levantado el estatus de “en período de prueba” que pesaba sobre los F-35B.

En una carta, los senadores Carl Levin y John McCain, los dos miembros senior de la comisión, expresaron que querían criterios específicos sobre los avances del F-35B y no un vago concepto de progreso.

"En el tiempo transcurrido desde que se impuso el período de prueba, se han encontrado más problemas en la estructura del F-35B y en su propulsión, potencialmente tan graves como las que se identificaron originalmente hace un año”, escribieron los senadores. "Esto es relevante dado que el F-35B ha completado sólo el 20% de su plan de prueba de desarrollo hasta la fecha. Su decisión … parece al menos prematura", escribieron.

En tanto se supo que este año el Pentágono, en lugar de comprar 42 aviones, comprará 29, con un costo de 9.200 millones de dólares en el presupuesto de 2013.

Hace 10 años, el proyecto iba a costar, en su totalidad, unos 233.000 millones de dólares. El precio estimado ahora de todos los aviones que se comprarán hasta 2016, es de 382.000 millones. En un principio, el Pentágono quería adquirir 2.433 aparatos. Ahora no se menciona una cifra concreta.

El proyecto ideado en los ‘90. Iba a ser una maravilla de la tecnología bélica, creada en unos pocos años y rápidamente amortizada. Dos décadas y un aumento de 350.000 millones de dólares después, es todo un dolor de cabeza para el Pentágono.

Hay una razón concreta por la cual no se puede eliminar este proyecto de la noche a la mañana: el F-35 es fabricado en 47 Estados de EE UU, y emplea a decenas de miles de norteamericanos para ello. Por eso el programa no ha muerto, aunque avanza a paso muy lento

Pero hay 48 congresistas que han formado una verdadera muralla entre Lockheed Martin y el Departamento de Defensa.

Hasta la fecha, el gobierno ha invertido de sus arcas 56.000 millones. Y para lo único que se han empleado es para pruebas y, ocasionalmente, para realizar entrenamientos.

A todo esto se conoció una teoría que afirma que el ciber espionaje chino causó alzas de costos y retrasos en la producción del F-35 Joint Strike Fighter.

Supuestamente espías chinos habrían hackeado conferencias telefónicas y escucharon reuniones en las que se discutieron asuntos tecnológicos secretos acerca de los aviones. Se dice que China podría haber robado información sobre comunicaciones seguras y sistemas de antenas del 35-F, que conducirían a costosas reescrituras de software y rediseños de otras partes comprometidas del avión.

El alcance total de la supuesta operación de espionaje todavía estarían siendo evaluado, pero habría consenso en que la escalada de costos, la reducción de compras anuales y el estiramiento de la espera de producción serían un reflejo - en cierto grado - de la necesidad de rediseño de los equipos críticos.

El problema del JSF fue esquivado por David Shedd, director adjunto de la Agencia de Inteligencia de Defensa, pero no el impacto del presunto robo cibernético en los gastos de defensa y en la seguridad operacional.

Los que están involucrados más de cerca en el programa son más claros sobre el daño que las intrusiones cibernéticas estarían causando al programa F-35.

Dado que los sistemas de información del JSF no fueron construidos teniendo en cuenta el espionaje cibernético, esto habría llevado a un grupo de redes de subcontratistas a estar "totalmente comprometidas."

Las versiones sobre el espionaje chino no son descabelladas aunque hasta ahora no llegó a nuestro alcance ninguna prueba concreta al respecto.

No descartamos la posibilidad del espionaje. Pero hay que admitir que si los rumores resultaran ciertos, entonces algunos pecaron de ingenuos, cuando no por negligentes.

Volviendo al tema australiano que mencionamos al principio, el ministro de Defensa Smith, ha declarado que está considerando retrasar la compra de 12 de de los 14 F-35 JSF iniciales.

Smith ha declarado que Australia está contractualmente obligada a comprar dos de las 14 aeronaves "para fines de entrenamiento" en los Estados Unidos. Los aparatos que han sido entregados no son seguros para volar.

La siguiente cita es de un informe reciente del gobierno EE.UU. Decía esto respecto al estado actual de la F-35 como sistema de un arma potencial: “El equipo de pruebas operacionales del JSF completó una evaluación operativa del programa F-35 y determinó que no está en buen camino para alcanzar la eficacia operacional y los requisitos operacionales de conveniencia."

Al lado de todo esto los quince nuevos cazas F-35, que han sido puestos en tierra debido a la carga incorrecta de los paracaídas en sus asientos de eyección parecen un tema menor.

Es difícil achacar toda la responsabilidad sobre la lentitud del progreso y el crecimiento de costos a la Lockheed Martin. Hubo también factores externos que influyeron sobre el avance del programa. Será interesante observar cómo se desenvuelven los hechos de ahora en más. Ya no queda mucho margen para algún tipo de errores.
Fuente: http://geoestrategia.webnode.es

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