Collage: La Voz de Rusia
Del
paso a los nuevos estándares se habla en el programa nacional anual de
colaboración Ucrania-OTAN. Dicho programa fue enviado a ministerios y
departamentos para su coordinación. Toda una fila de expertos estima que
las cosas se limitan a ello. Igor Shishkin, vicedirector del Instituto
de Estudios sobre la Comunidad de Estados Independientes, dice:
–Creo
que no hay sentido de conceder gran importancia a este documento. Es
una vieja historia. Ucrania ha aceptado no pocos documentos sobre la
colaboración con la OTAN ya durante la presidencia de Kuchma. Luego, en
tiempo de Yushchenko, se intentó adherir al Plan de acciones para la
afiliación a la OTAN. El presente documento está en el mismo cauce. Pero
no significa que la actual dirección pretenda ingresar en la OTAN. Es
una línea habitual de desplazamiento hacia Occidente. Todos los que
optaban por la estrategia del desarrollo occidental, iban allí a través
de la OTAN. Y Ucrania, si quiere romper definitivamente con Rusia, no
podrá evitarlo. Pero yo dudo mucho de que esto se haga realidad.
Cualquier país que comience a cambiar los estándares del armamento, debe
estar dispuesto a hacer gastos colosales.
El
problema está en que la estandarización de la OTAN abarca prácticamente
todas las esferas de la actividad del componente militar del bloque,
desde los estándares de los cascos y equipos hasta los procedimientos de
estados mayores y documentos directivos, la actividad operativa e
incluso el adiestramiento de especialistas para estados mayores
multinacionales.
Ucrania
heredó de la URSS más de dos mil empresas que fabrican armas. Ellas
cooperan activamente con la industria de defensa de Rusia. Los
optimistas recuerdan entretanto que la OTAN (por ahora, al menos) no
insiste en la renuncia obligatoria a la cooperación tecnomilitar con
Rusia. Iván Konoválov, director del Centro de Coyuntura Estratégica,
puntualiza:
–Nuestra
cooperación tecnomilitar se asienta en los principios de la ventaja
mutua. Por ejemplo, nosotros necesitamos motores para helicópteros. Y
los recibimos de Ucrania. Cooperamos asimismo en el programa de cohetes.
Colaboramos seriamente en programas de aviación. Es verdad que no
podemos llegar a un acuerdo sobre toda una serie de aviones debido al
componente político. En general, el destino de diferentes programas
ruso-ucranianos de colaboración tecnomilitar depende mucho del factor
político. Pero el paso a los estándares de la OTAN no influirá en esta
colaboración.
Se puede usar uniforme cortado según el modelo de la OTAN, pero lo fundamental consiste en otro.
Las
Fuerzas Armadas de un país siguen siendo instrumento de la conducción
de la política estatal hasta que estén bajo el mando nacional con su
propio sistema de dirección. Y si esta función se entrega a estructuras
supranacionales, se podrá tan solo soñar con la soberanía.
la voz de Rusia
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