© Foto: La Voz de Rusia
Un
radar de Armavir, en el sur de Rusia, captó ambos lanzamientos
realizados desde la parte central del Mediterráneo, a las 10.15 a.m.,
hora de Moscú. Los misiles volaban en dirección del litoral este del mar
y cayeron en el agua a trescientos metros de la costa. El ministro de
Defensa ruso, Serguéi Shoigú, avisó de inmediato sobre lo ocurrido al comandante supremo de las FFAA de Rusia, el presidente Vladímir Putin.
El
sistema de alerta antimisiles funcionó perfectamente, comentó el
analista Serguéi Deniséntsev, del Centro de Análisis de Estrategias y
Tecnologías.
–Este
sistema sirve para avisar oportunamente a la dirección del país sobre
los lanzamientos de misiles balísticos intercontinental es, en primer
término. Asimismo, puede captar los lanzamientos de misiles
táctico-operativos. EEUU también cuenta con esa clase de radares.
Algunos componentes de los sistemas de alerta de otros países, como
Israel, China, Reino Unido y el resto de las naciones nucleares también
son capaces de captar lanzamientos de misiles.
Para
lo expertos rusos, lo extraño del caso fue la reacción de la comunidad
mundial a la noticia de los lanzamientos. Las averiguaciones de quién
lanzó los misiles tomaron varias horas. Rusia parecía ser la única
nación en detectarlos. La OTAN y la Unión Europea evitaron comentar el
caso. París y Roma supuestamente no estaban enterados. El Pentágono se
apresuró a informar que sus buques de guerra que se encuentran en el
Mediterráneo, frente a las costas de Siria, no han lanzado misiles. Tel
Aviv también aseguró que carece de información sobre los lanzamientos.
Algo más tarde, el Ministerio de Defensa de Israel dijo que los misiles
se lanzaron como blancos para someter a prueba el escudo antimisiles
israelí y que EEUU participó en el simulacro.
Ese
tipo de pruebas son al menos inoportunas en estos momentos difíciles y
solo sirven para inflar la atmósfera en torno a Siria, sostiene el
profesor asociado de Ciencia Política Aplicada en la Universidad
Financiera del Gobierno de Rusia, Evgueni Voiko.
–La
situación es muy complicada y cualquier gesto como éste puede provocar
una respuesta inmediata. Por esto el caso sirve para comprobar la
capacidad de reacción de todos los protagonistas y hasta qué punto
dominan su estado psicológico y sus emociones. Se puso a prueba la
tolerancia del Gobierno de Siria, y de la jefatura rusa también.
Cualquier
misil lanzado en la región puede ser interpretado como el inicio de una
guerra. Puede ser que la reciente prueba del escudo antimisiles israelí
no sea el último intento de verificar los nervios de los participantes
voluntarios y forzosos del nuevo drama que se está desarrollando en la
región.
La voz de Rusia
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