domingo, 18 de agosto de 2013

Rusia intensifica su actividad en el Pacífico

Rusia intensifica su actividad en el Pacífico

La Flota rusa del Pacífico continúa la temporada de ejercicios. En las nuevas maniobras participan más de medio centenar de buques de guerra, submarinos, lanchas y barcos de avituallamiento, más de una veintena de aviones y helicópteros.

La activación de Rusia en el Extremo Oriente destaca el significado de esa región, donde hoy incrementan sus fuerzas todos los principales actores. 

De la defensa de las Kuriles a la lucha contra los pescadores furtivos 
La preparación de la defensa de las islas Kuriles ante un eventual ataque por parte de Japón es tradicionalmente uno de los “temas centrales de los ejercicios” de la Flota del Pacífico. Las islas tienen un gran valor para Rusia no de por sí, sino por sus numerosos recursos que Rusia controla en su zona económica exclusiva. Y las aguas que bañan la cadena de las Kuriles representan una buena parte de dicho territorio. 

El furtivismo, la pesca industrial rapaz, ante todo de especies valiosas, centollos y otros pobladores marinos, son una de las mayores amenazas permanentes a la seguridad nacional. La agrupación de la aviación fronteriza de las unidades marítimas del Servicio Federal de Seguridad en el Extremo Oriente es de por sí la más grande de Rusia y es mucho lo que hace en la lucha contra el furtivismo. Sin embargo, en virtud de las proporciones de la amenaza a veces también se incorporan a esa tarea fuerzas del Ministerio de Defensa y hoy en los ejercicios se perfecciona tal interacción. 

Las proporciones de la pesca ilegal, que en el Extremo Oriente se estima en 600-700 millones de dólares anuales, en combinación con las burdas transgresiones de las reglas de la pesca, obligan a hablar no solo del perjuicio económico, sino también de la amenaza potencial de vulneración del equilibrio ecológico y de la disminución vertiginosa de los biorecursos de las aguas locales en una perspectiva a corto plazo. Sobre este telón de fondo, solo cabe saludar la armonización de la interacción de los organismos de seguridad en la lucha contra esta amenaza. 

En realidad, la situación actual en el Extremo Oriente se asemeja en parte a la de los años 20-30 del siglo pasado, cuando los vecinos regionales de la Unión Soviética practicaban una pesca rapaz incontrolada en las costas soviéticas. Tras la desintegración de la URSS, las posibilidades de Rusia de controlar los extensos espacios acuáticos de Sajalín a Kamchatka también se redujeron, lo que acarreó las correspondientes consecuencias. 
La situación va cambiando de a poco: la instrumentación de un sistema de control y el mejoramiento de las unidades marítimas fronterizas permitieron aminorar la pesca ilegal que a mediados de la década de 2000 superó los dos mil millones de dólares por año. No obstante, aún se está muy lejos de normalizar la situación. 

Entre Kamchatka y Nicaragua 
La actividad de Rusia en el océano Pacífico no se limita a las aguas nacionales. El 16 de agosto ha finalizado la visita a Nicaragua del crucero portamisiles “Moskvá” de la Flota del mar Negro. El crucero entró en el puerto de Corinto, en las costas del Pacífico de Nicaragua, donde la tripulación tomó parte en el desfile en honor del 33 aniversario de la creación de la Marina nicaragüense. La entrada en Corinto es una extraordinaria ilustración de la activación de Rusia en la zona oceánica: hace mucho tiempo que buques de la Flota del mar Negro no visitan el sector oriental del Pacífico. 

Las maniobras operativas, la disposición permanente al traslado urgente de unidades y buques aislados a la región necesaria es extraordinariame nte importante para Rusia, cuyas fuerzas navales están dispersas en cuatro teatros aislados de operaciones militares, sin contar el cerrado mar Caspio. La rápida travesía del “Moskvá” del mar Negro al golfo de México con entrada en Cuba y la posterior aparición en Nicaragua evidencian las posibilidades, en caso de necesidad, de completar de forma operativa la Flota del Pacífico con las fuerzas de las flotas europeas de la Federación de Rusia: de los mares Negro, Báltico y del Norte. La travesía es posible en varias direcciones: por la ruta marítima del Norte o desde el sur a través del Mediterráneo y del océano Índico y, finalmente, a través del Atlántico y el canal de Panamá. 

En combinación con el reforzamiento de la ya existente agrupación en el Extremo Oriente, la práctica de semejantes travesías demuestra la disposición de Rusia, en caso de necesidad, de utilizar para la defensa de sus intereses políticos y económicos en el Extremo Oriente todas las fuerzas disponibles. Y esta disposición es la mejor garantía de seguridad.

La voz de Rusia

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