Foto: RIA Novosti
La
activación de Rusia en el Extremo Oriente destaca el significado de esa
región, donde hoy incrementan sus fuerzas todos los principales
actores.
De la defensa de las Kuriles a la lucha contra los pescadores furtivos
La
preparación de la defensa de las islas Kuriles ante un eventual ataque
por parte de Japón es tradicionalmente uno de los “temas centrales de
los ejercicios” de la Flota del Pacífico. Las islas tienen un gran valor
para Rusia no de por sí, sino por sus numerosos recursos que Rusia
controla en su zona económica exclusiva. Y las aguas que bañan la cadena
de las Kuriles representan una buena parte de dicho territorio.
El
furtivismo, la pesca industrial rapaz, ante todo de especies valiosas,
centollos y otros pobladores marinos, son una de las mayores amenazas
permanentes a la seguridad nacional. La agrupación de la aviación
fronteriza de las unidades marítimas del Servicio Federal de Seguridad
en el Extremo Oriente es de por sí la más grande de Rusia y es mucho lo
que hace en la lucha contra el furtivismo. Sin embargo, en virtud de las
proporciones de la amenaza a veces también se incorporan a esa tarea
fuerzas del Ministerio de Defensa y hoy en los ejercicios se perfecciona
tal interacción.
Las
proporciones de la pesca ilegal, que en el Extremo Oriente se estima en
600-700 millones de dólares anuales, en combinación con las burdas
transgresiones de las reglas de la pesca, obligan a hablar no solo del
perjuicio económico, sino también de la amenaza potencial de vulneración
del equilibrio ecológico y de la disminución vertiginosa de los
biorecursos de las aguas locales en una perspectiva a corto plazo. Sobre
este telón de fondo, solo cabe saludar la armonización de la
interacción de los organismos de seguridad en la lucha contra esta
amenaza.
En
realidad, la situación actual en el Extremo Oriente se asemeja en parte
a la de los años 20-30 del siglo pasado, cuando los vecinos regionales
de la Unión Soviética practicaban una pesca rapaz incontrolada en las
costas soviéticas. Tras la desintegración de la URSS, las posibilidades
de Rusia de controlar los extensos espacios acuáticos de Sajalín a
Kamchatka también se redujeron, lo que acarreó las correspondientes
consecuencias.
La
situación va cambiando de a poco: la instrumentación de un sistema de
control y el mejoramiento de las unidades marítimas fronterizas
permitieron aminorar la pesca ilegal que a mediados de la década de 2000
superó los dos mil millones de dólares por año. No obstante, aún se
está muy lejos de normalizar la situación.
Entre Kamchatka y Nicaragua
La
actividad de Rusia en el océano Pacífico no se limita a las aguas
nacionales. El 16 de agosto ha finalizado la visita a Nicaragua del
crucero portamisiles “Moskvá” de la Flota del mar Negro. El crucero
entró en el puerto de Corinto, en las costas del Pacífico de Nicaragua,
donde la tripulación tomó parte en el desfile en honor del 33
aniversario de la creación de la Marina nicaragüense. La entrada en
Corinto es una extraordinaria ilustración de la activación de Rusia en
la zona oceánica: hace mucho tiempo que buques de la Flota del mar Negro
no visitan el sector oriental del Pacífico.
Las
maniobras operativas, la disposición permanente al traslado urgente de
unidades y buques aislados a la región necesaria es extraordinariame nte
importante para Rusia, cuyas fuerzas navales están dispersas en cuatro
teatros aislados de operaciones militares, sin contar el cerrado mar
Caspio. La rápida travesía del “Moskvá” del mar Negro al golfo de México
con entrada en Cuba y la posterior aparición en Nicaragua evidencian
las posibilidades, en caso de necesidad, de completar de forma operativa
la Flota del Pacífico con las fuerzas de las flotas europeas de la
Federación de Rusia: de los mares Negro, Báltico y del Norte. La
travesía es posible en varias direcciones: por la ruta marítima del
Norte o desde el sur a través del Mediterráneo y del océano Índico y,
finalmente, a través del Atlántico y el canal de Panamá.
En
combinación con el reforzamiento de la ya existente agrupación en el
Extremo Oriente, la práctica de semejantes travesías demuestra la
disposición de Rusia, en caso de necesidad, de utilizar para la defensa
de sus intereses políticos y económicos en el Extremo Oriente todas las
fuerzas disponibles. Y esta disposición es la mejor garantía de
seguridad.
La voz de Rusia
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