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El
dignatario ha convocado ya las elecciones parlamentarias anticipadas
para finales de octubre. Y de ahí, está a la vuelta de la esquina el
nuevo gobierno. De momento rige un “gabinete técnico” de Jiri Rusnok,
aunque no está claro qué decisiones podrá tomar. Y ello porque al ser
designado exclusivamente por el presidente no ha recibido el respaldo
del Parlamento. Todo es muy frágil e incierto en las riberas del
Moldava. Qué ocurre en general con los checos, que siempre se han
distinguido por su prudencia y cautela. El destacado economista Jan
Mladek, ministro de Hacienda del gobierno apócrifo del opositor partido
Socialdemócrata checo, nos expuso su visión por teléfono desde Praga:
—La
disolución de la Cámara de Diputados significa, en esencia, la
bancarrota moral total del gobierno de derechas que condujo al país a la
crisis actual. Un Gobierno que por años ha mantenido a la población en
tensión. Amenazaba con el colapso financiero para justificar así su
política económica. La gente tenía confianza, pero se materializaron las
expectativas negativas que llevaron a la caída de la producción. Solo
ahora ha estado mejorando poco a poco la situación. Los derechistas
proclamaban todo el tiempo una lucha contra la corrupción, a costa de
robustecer sus posiciones. Pero, de pronto, resultó que ellos mismos
estaban sumidos en ella hasta el cuello. La renuncia de Petr Necas, el
primer ministro anterior, se pareció a una teleserie estadounidense:
allanamientos en gabinetes ministeriales, la amante del primer ministro,
la titular del secretariado estaba involucrada en esquemas de
corrupción. Pero no es todo: moviliza a los servicios secretos para
vigilar a la esposa del jefe del gabinete. Y todo para que este obtenga
el divorcio y contraiga nupcias con ella… ¡El colmo ya de lo absurdo!
¿Puede haber un derrumbe moral de la derecha del Partido Democrático
Civil?
Los
últimos sondeos muestran que la balanza de los ánimos de los checos se
ha volcado a la izquierda. Los socialdemócratas podrían obtener
realmente la mayoría en la Cámara baja del Parlamento. ¿Cambiaría esto
la política interna y exterior de la República Checa con respecto a
Rusia?
—Sin
duda, pues, una mayoría de izquierdas en el Parlamento influiría
decididamente en la situación en el país, daría un impulso a la
cooperación de la República Checa con Rusia. La derecha, que tenía en la
Cámara de Diputados la mayoría mágica de ciento un votos, nos mantuvo
en esencia aislados de Rusia y de China. El “concertino” estaba a cargo
del rival de Milos Zeman en las presidenciales, el exministro de
Exteriores, el príncipe Karel Schwarzenberg. Este fue el heredero de la
vieja política de la aristocracia austríaca que veía con malos ojos as
federaciones eslavas: Yugoslavia, Checoslovaquia, la URSS y se alegró
con su desintegración. No dudo que muy pronto seamos testigos de una
nueva política checa, constructiva con respecto a Rusia, y de provecho
mutuo para nuestros pueblos.
El
presidente Zeman ha declarado en más de una ocasión que se propone
desarrollar una línea oriental de su política que incluya a Rusia. ¿Se
reforzarán sus posiciones con la nueva composición del Parlamento? En
general, desde Moscú pareciera que la República Checa avanza hoy hacia
una república presidencial…
—Yo
no sacaría conclusiones tan apresuradas. Pero, en realidad se está
gestando un cierto modelo nuevo parlamentario-presidencial. Y, ¿por qué
no? Tal forma de gobierno existe, a mi juicio, en Polonia y no se ha
hecho mal. En lo que respecta al presidente, sin duda se robustecerá su
influencia en el resultado de los comicios. Los socialdemócratas serán
el sostén de la política del jefe de Estado, los comunistas y el partido
centroizquierdista Zeman.
Mientras
tanto, en Moscú hacen conjeturas sobre cómo va a influir la nueva
realidad política que se está generando en la República Checa en los
grandes proyectos ruso-checos, incluida la licitación convocada para
terminar la construcción de dos bloques energéticos de la central
atómica Temelin. Sus resultados deben ser ya anunciados en otoño. Y ya,
al parecer, con un nuevo gobierno.
La voz de Rusia
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