Foto: RIA Novosti
La envergadura del ejercicio induce a pensar
que la máquina de guerra rusa en el Extremo Oriente está entrando a una
nueva fase de desarrollo.
Fue “examinada” la región
militar Oeste integrada por las tropas terrestres de la antigua región
de Extremo Oriente, la Flota del océano Pacífico y las unidades locales
de la Fuerza Aérea, unidas bajo el mando estratégico del almirante
Konstantín Sidenko. La nueva jerarquía de mando supone un alto grado de
coordinación entre todas las armas y unidades con la posibilidad de
formar grupos de combate tácticos y operativos en tiempo real. En estas
condiciones, cualquier comandante de una brigada terrestre que opere en
la costa debe estar preparado para asumir también el mando de un grupo
naval cercano. A su vez, un oficial naval que dirija la defensa de un
archipiélago tiene que tener siempre en cuenta la posibilidad de que se
le asigne el mando de una unidad de infantería motorizada o artillería.
La dirección general de la operación puede ser encomendada a un general
de aviación según la fuerza que cumpla la misión principal en cada
teatro de guerra concreto.
En Rusia, la necesidad de
una reforma que mejore la coordinación entre los diversos tipos de armas
se ha ido comentando desde hace ya muchos años. Es algo que ya se ha
hecho en EEUU y de repente se habría hecho en la Unión Soviética, si no
hubiera dejado de existir. El anterior jefe del Estado Mayor General,
Nikolái Makárov, estuvo siempre pendiente de este tema. La creación de
mandos estratégicos unidos fue una de las prioridades de la reforma
impulsada por el exministro de Defensa, Anatoli Serdiukov.
La
nueva estructura requiere de un largo período de pruebas técnicas y
funcionales, pero ésta es la opción estratégica de la jefatura suprema
de las Fuerzas Armadas de Rusia.
Magnitud y sorpresa
La
magnitud de las maniobras es impresionante: más de cien mil soldados,
más de ciento cincuenta aviones y helicópteros, setenta buques de
superficie y submarinos, más de mil quinientos vehículos blindados, así
como piezas de artillería, sistemas antiaéreos, misiles
táctico-operativos y todo lo que es retaguardia.
Pero,
la magnitud sola no es lo más importante en este caso. El punto clave
del ejercicio es combinar la magnitud con el efecto sorpresa. La
insólita rapidez con que fueron movilizadas decenas de brigadas de
cuatro ejércitos y otras fuerzas de la región es una clara muestra de lo
que vale una máquina de guerra operando “aquí y ahora”. Un sistema tan
enorme no puede estar absolutamente exento de problemas y deficiencias
que seguramente ocuparán más de una página en el respectivo informe
pericial, pero lo esencial es verificar la factibilidad general del
esquema y si es lo suficientemente resistente como para garantizar el
cumplimiento de las tareas a pesar de los posibles problemas técnicos.
El
ejercicio simulaba una operación defensiva en la región con el arribo
inmediato de refuerzos procedentes de las zonas central y occidental del
país. Dadas las recientes maniobras navales conjuntas con China y los
tradicionales roces sobre las islas Kuriles con el Japón, el objetivo
parece bien claro. Tampoco son un enigma las razones para incorporar a
las pruebas a la Flota del Pacífico, prácticamente en su totalidad. Los
militares de Rusia tienen presente el “escenario de las Malvinas” y
estiman el alto grado de preparación de las tropas desplegadas en el
Extremo Oriente como una de las mejores garantías contra su eventual
repetición. Esta región recibirá en los próximos años la mayor parte de
las armas y los equipos modernos de acuerdo al Programa Estatal de
Armamento. Tan solo en 2014 se le entregarán más de treinta nuevos
aviones de combate. La Flota del Pacífico que en todo caso llevará el
mayor peso de las posibles operaciones en la inmensa región entre
Vladivostok y Sajalín y entre Petropavlovsk y la punta sur de las islas
Kuriles, también recibirá refuerzos. Hasta el año 2020, se le entregarán
al menos diez buques nuevos, incluidos los portahelicópteros de
desembarco Mistral, así como submarinos, aviones y helicópteros modernizados y buques de apoyo.
La voz de Rusia
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