miércoles, 15 de mayo de 2013

Nuevo buque de misiles ruso causa sensación entre los especialistas

Nuevo buque de misiles ruso causa sensación entre los especialistas
Vista del buque de misiles aerodeslizador del proyecto 1239 clase Bora. Fuente: Alexander Mazurkevich/RIA Novosti.
Los dos buques del proyecto 1239 han supuesto un auténtico salto en la construcción naval militar. Están pensados como lanzacohetes de choque capaces de romper la línea de defensa de una unidad de portaaviones y de hundir un aeródromo flotante.
Por primera vez se ha conseguido instalar ocho misiles antibuques en una nave que se desplaza sobre un cojín de aire. En principio, se creía que esto era imposible. Lo normal es que los barcos de este tipo no sean muy grandes ni muy estables. La andanada de un misil potente podría hacerlo volcar.
Sin embargo, en la entonces Oficina Central de Proyectos Navales de Leningrado Almaz, y bajo la dirección de Valerián Korolkov, se desarrolló un proyecto de nave tipo skeg, un original híbrido de catamarán y de nave aerodeslizadora.

El buque de misiles aerodeslizador del proyecto 1239 clase Bora (RKVP por sus siglas en ruso) se presenta como dos cascos estrechos cubiertos por una plataforma de unos 64 metros de eslora y 17,2 metros de manga. El casco está fabricado de una aleación de aluminio especial, ligera y muy resistente.

El cojín de aire se forma cuando delante se extiende una pantalla elástica, y en el espacio entre los dos cascos el aire se comprime.

El RKVP del proyecto 1239 posee calidades únicas. Por un lado, es un catamarán estable capaz de desplazarse a una velocidad de hasta 20 nudos; por otro, es un barco ligero sobre un cojín de aire con una velocidad máxima superior a 50 nudos. 
Con un total de 1050 toneladas de desplazamiento, la potencia total de su juego de máquinas es de 56.000 CV. Dos motores diésel con una capacidad de 10.000 CV cada uno para desplazarse en modo catamarán, y dos turbinas de gas para desplazarse sobre el cojín de aire, con una potencia global de 36.000 CV.
Al tener dos máquinas motoras-propulsoras separadas para la velocidad máxima y la de refuerzo, pensadas para trabajar por separado o juntas, la nave es capaz de moverse en tres regímenes (catamarán, KVP-1 y KVP-2), lo que en la práctica asegura la marcha en cualquier situación. 
 
Es más, puede moverse con los propulsores desconectados. Solo con el funcionamiento de los motores-compresores, el RKVP es capaz de avanzar con el viento en contra (7 m/s) aprovechando el flujo de aire desde el cojín de aire hacia la popa a una velocidad de tres nudos.
El principal sistema de choque del RKVP es el sistema de misiles supersónicos antibuques Moskit. Los misiles están situados en dos montajes cuádruples dispuestos a estribor y a babor. La defensa antiaérea de la nave está garantizada: el sistema de misiles antiaéreo Osa-MA y dos automáticos de seis cañones AK-6-30M de calibre 30 mm. En la proa se ha montado un cañón automático y polifacético, un AK-176 de calibre 76,2 mm.

Una andanada de ocho misiles Moskit puede destruir cualquier barco de guerra actual, incluso un portaaviones atómico. Al mismo tiempo, golpear al RKVP clase Bora cuando se desliza sobre el cojín de aire es prácticamente imposible. Las cabezas de autoguiado de los misiles antibuques que hay en los arsenales de las fuerzas navales de la OTAN no son capaces de mantener un objetivo que avanza a una velocidad de casi 90 km/h.
Ya en tiempos de la Unión Soviética hubo un plan para crear flotillas volantes RKVP en cada una de las flotas, pero solamente se ha logrado construir dos barcos, el “Bora” y el “Samum”, que han quedado integrados en la Flota del mar Negro.

Pero, en opinión de expertos militares occidentales, incluso con solo dos de estos barcos se ha alterado la correlación de fuerzas en el mar Negro. Si a principios de los 90, tras la desintegración de la URSS y la baja de gran cantidad de naves de la Flota del mar Negro, la Marina de guerra más poderosa pertenecía objetivamente a Turquía, ya desde el año 2002 con la aparición del “Samum” la situación no es tan sencilla.

Por lo que no resulta sorprendente que el «Bora» haya sido el centro de atención de todos los especialistas en marina de guerra reunidos en el salón IDEF-2013 de Estambul

Rusia Hoy

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