Foto: chinascout.ru
Los medios no ofrecieron detalles de aquella
reunión, pero las declaraciones citadas abajo dan una idea de los planes
concebidos por los dirigentes de la nación.
Portaaviones como opción imprescindible
“Varias
oficinas de diseño y empresas militares de San Petersburgo continúan el
desarrollo de un nuevo portaaviones atómico para la Marina rusa. El
Ministerio de Defensa y el Comando de la Marina de Guerra reciben
sistemáticamente los informes sobre los resultados de estos trabajos”,
comentó a la prensa el comandante de la Marina, almirante Víctor
Chirkov, varios días después de la reunión con el primer mandatario.
—Necesitamos
un portaaviones con vistas al futuro, capaz de cumplir misiones en
cooperación con buques de superficie, submarinos, agrupación orbital de
ingenios espaciales. El portaaviones debe disponer de una amplia gama de
posibilidades para conducir operaciones militares de cualquier grado de
complejidad, en cualquier teatro de operaciones, en cualquier océano o
mar, precisó el almirante.
La necesidad de
desarrollar un portaaviones conceptualmente nuevo fue planteada hace
casi diez años, en la primera mitad del 2000. Hoy, ya se cuentan con
varios factores que permiten hablar tanto de un portaaviones nuevo como
de una perspectiva real para el próximo decenio.
Antes
que nada, los máximos dirigentes del país y los altos cargos militares
se dan perfecta cuenta de que la Marina necesita de su propia cobertura
aérea. Esta idea, arraigada todavía en la época de la URSS, se afianzó
aun más tomando en consideración la experiencia de los conflictos
armados de las décadas de los años 90 y 2000 con la participación de las
fuerzas navales de diversos países.
La aviación,
incluida la naval, desempeñó en aquellos conflictos uno de los papeles
protagónicos. La Marina rusa necesita de la cobertura aérea en los
guiones más diversos: desde un eventual conflicto con la OTAN hasta
operaciones en regiones alejadas del globo, independientes o conjuntas.
Luego,
el Ministerio de Defensa procedió a cumplir los planes de desarrollo de
la aviación de cubierta. La construcción y explotación de dos
(posiblemente, de cuatro) buques universales de desembarco de la clase
Mistral, el primero de los cuales entrará en servicio operacional
durante el próximo año y medio, ofrecerá a los marinos rusos la
posibilidad de adquirir la indispensable experiencia de manejo de un
portahelicópteros moderno que sería un desarrollo lógico de la
experiencia de explotación del portaaviones ruso “Almirante Kuznetsov”.
El
desarrollo del nuevo portaaviones paralelamente con el diseño de un
avión naval de nueva generación, lo que también han comentado los altos
mandos de la Marina de Guerra, permitirá a Rusia disponer del nuevo, en
el momento en el que las fuerzas navales ya hayan acumulado suficiente
experiencia de explotación de esta clase de buque y adiestrado a las
tripulaciones.
Perspectivas a corto plazo
Sea
como fuere, el desarrollo y la construcción del nuevo portaaviones es
una tarea a largo plazo. Aun cuando se ponga de quilla en 2015, es poco
probable que entre en servicio operacional antes de 2022-2023. Durante
este lapso de tiempo, la Marina tendrá que cumplir varias tareas
prioritarias. Creación de una nueva infraestructura: los
correspondientes trabajos ya se llevan a cabo en la mayor parte de bases
navales rusas importantes e incluyen áreas más diversas, desde la
incorporación de nuevos remolcadores y otros buques auxiliares hasta la
construcción de nuevos atracaderos, almacenes y centros de instrucción.
Sustitución
de buques de superficie y submarinos construidos en la época soviética
por los de nueva generación. En los próximos diez años, expirará la vida
útil de la mayoría de buques de superficie y submarinos, por lo cual se
darán de baja. De ahí que adquiera especial importancia la construcción
de nuevas unidades de combate. Los ritmos de construcción se van
acelerando poco a poco, siendo de esperar que, al ser modernizados o
reparados a fondo los buques y submarinos construidos en el ocaso de la
época soviética, la Marina no sufra una mengua numérica que le impida
cumplir sus misiones cotidianas.
En lo que resta de
esta década, la Marina rusa debe recibir en total treinta unidades de la
clase corbeta/fragata, no menos de quince buque pequeños
artilleros/portamisiles y más de veinte submarinos, desde portamisiles
atómicos hasta submarinos diesel polivalentes. En el próximo año, o el
siguiente, debe empezar a construirse un destructor de nueva generación.
Material moderno recibirán también la aviación costera y las fuerzas
guardacostas de la Marina. Este nuevo material bélico sentará los
cimientos, sobre los cuales se podrá erigir una fuerte y equilibrada
flota oceánica provista, entre otras cosas, de portaaviones.
La voz de Rusia
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