lunes, 6 de mayo de 2013

¿Estará China colonizando África?

КИТАЙЦЫ – НОВЫЕ КОЛОНИЗАТОРЫ В АФРИКЕ?

Hace ya varios años que China está aplicando una política de expansión económica en el continente africano. Al invertir en África, los chinos obtienen acceso a las enormes riquezas naturales africanas y amplían su influencia política en la región. Últimamente, esta situación empieza a preocupar no solo a Occidente, sino también a algunos políticos locales.

China no ceja en su intento de reforzar sus posiciones en África. El comercio entre ambos aumentó de veinte mil millones de dólares, en el año 2000, hasta doscientos mil millones, en 2012. El año pasado, China invirtió en la economía africana un total de veinte mil millones de dólares. En África operan dos mil compañías chinas. A cambio de facilidades crediticias por parte de China, las compañías chinas obtienen acceso a las riquezas naturales del continente africano y a la realización de grandes proyectos de infraestructura. He aquí lo que nos comentó al respecto el director del Centro de Estudios Ruso-Chinos en la Universidad Estatal de Moscú, Evgueni Záitsev:

–La presencia china en el continente africano es una de las más palpables y dinámicas, si la comparamos con las actividades de tradicionales agentes de ese mercado, como la Unión Europea, Rusia y EEUU. Como socio económico y comercial de países africanos, y el continente en su conjunto, China es mucho más dinámica que el resto de las naciones integrantes del proceso.
La cooperación entre China y los países africanos no se reduce a la economía. En veintidós países del continente operan los Institutos Confucio considerados como una de las principales herramientas de la expansión china en el exterior: el llamado “poder blando”. Miles de jóvenes africanos son becarios del Gobierno chino y estudian en China. Así que dentro de algunos años las élites políticas de países africanos podrán comunicarse libremente con sus socios chinos en el idioma de Mao Zedong. Esto indica que el interés de China hacia África tiene carácter estratégico, concluye Evgueni Záitsev:

–Creo que los máximos dirigentes de China, que suelen planificar sus acciones con muchos años de antelación, se han planteado la tarea estratégica de quedarse en África por mucho tiempo. Es decir, sus planes con respecto al continente africano son de largo alcance e importante envergadura.
La actividad china en África preocupa a Occidente y, especialmente, a EEUU. El verano pasado la entonces secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, realizó una importante gira por el continente. Hizo muchas declaraciones en una de las cuales señaló que los tiempos, cuando los forasteros llegaban a África para enriquecerse sin dar nada a cambio, deben pasar y criticó a las naciones que “prestan dinero a África sin importarles que ese dinero caiga en manos de regímenes autoritarios”. No mencionó a China directamente, pero todo el mundo se dio cuenta de a quién se refería. Sobre todo, porque China realmente no hace caso al nivel de democracia existente en los países con que trata, observa el investigador jefe del Instituto de África, Vladímir Shubin:

–En muchos casos China ofrece créditos con muy buenas condiciones. Y no suele relacionarlos con temas políticos. Por eso, los países que son considerados casi como parias en Occidente, no tienen problemas en los negocios con China.

Sería erróneo pensar que solo Occidente siente temor ante la expansión china en África, por la simple razón de que el creciente poderío de China molesta a EEUU y Europa. En realidad, el comportamiento de China también asusta a parte de las élites políticas del continente africano. Hace algunos días, el gerente general del Banco Central de Nigeria, Lamido Sanusi, publicó un artículo en el diario The Financial Times, en el que acusó a Pekín de colonialismo. A su modo de ver, los africanos siguen considerando a China como un país en vías de desarrollo y le confían más que a Occidente, sin fundamento alguno. Y en muchos casos los beneficios de la cooperación con China resultan bastante cuestionables. Así, China prefiere utilizar mano de obra propia para llevar a cabo grandes proyectos de infraestructura en África, negando empleo a la población local. Estas obras, por lo tanto, no generan nuevos puestos de trabajo para los africanos.

La voz de Rusia

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