miércoles, 22 de mayo de 2013

Científicos elogian la misión del biosatélite Bion-M1


Biosatélite ruso Bion-M1
18:42 22/05/2013
Investigadores de Rusia y EEUU evaluaron hoy positivamente la misión del biosatélite Bion-M1 a pesar de que la mayoría de los animales lanzados en el aparato no sobrevivieron en la órbita.
El Bion-M1, primer biosatélite ruso en seis años, fue lanzado desde Baikonur el 19 de abril. Tras el aterrizaje de la cápsula recuperable, el 19 de mayo, resultó que 39 de los 45 ratones, los ocho gerbillos de Mongolia y todos los peces cíclidos habían muerto durante el vuelo. En cambio, los gecónidos y los caracoles aguantaron la odisea espacial.
“Aparentemente no ha habido fallos y el aparato ha cumplido su programa cabalmente”, destacó el subdirector del Instituto de problemas médicos y biológicos de la Academia de Ciencias de Rusia, Vladímir Sichov.
Agregó que “las pérdidas eran previsibles porque no hay experimentos ideales”. “Esperábamos que hasta la mitad de los animales regresaran (con vida)”, dijo.
También el biofísico estadounidense Richard Boyle, del Ames Research Center de la NASA, elogió el resultado de la misión.
Resaltó que los animales fueron trasladados del lugar del aterrizaje a Moscú en apenas 11 horas, “acontecimiento extraordinario” para el ulterior estudio. Científicos estadounidenses implicados en el proyecto, según él, podrán ahora examinar el estado de su sistema sanguíneo, así como de los aparatos muscular y óseo.
Mientras, la agencia espacial rusa Roscosmos creó una comisión para aclarar las causas de la muerte de roedores y peces durante el vuelo de Bion-M1.
Sichov no descartó que el estrés resultante de la ingravidez “haya provocado un conflicto en el grupo” de animales.
En cuanto a los peces cíclidos, atribuyó su muerte a “un apagón que se produjo 12 días después del lanzamiento”. “Las algas (en el acuario) dejaron de realizar fotosíntesis y los peces murieron por falta de oxígeno”, señaló.
Con respecto al lanzamiento de futuros biosatélites, recordó que Bion-M1 “estuvo a la altura de 575 kilómetros, donde vuelan los aparatos tripulados”. “Queremos poner el próximo a mil kilómetros (sobre la Tierra), ahí será más duro”, dijo.

Moscú, 22 de mayo, RIA Novosti.

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