Foto: RIA Novosti
El Ministerio de Energía de Rusia está considerando la construcción de un gasoducto a través de Bielorrusia, que reducirá el trasiego de gas ruso por el territorio de Ucrania.
El proyecto llamado Yamal-Europa-2 tiene por objeto
aumentar la seguridad de los suministros de gas a Europa del Este.
Muchos expertos señalan que Rusia emprende la nueva obra,
principalmente, por razones de necesidad política, y agregan que la
política puede convertirse en el mayor impedimento para su realización.
Yamal-Europa-2
será una nueva ramificación de un gasoducto construido en los años
noventa. A través de Bielorrusia y Polonia llegará a Eslovaquia y
Hungría. El itinerario está todavía por concretar. Gazprom podrá iniciar
las obras una vez que termine sus otros dos proyectos internacionales:
Nord Stream, en el mar Báltico, y South Stream, en el Negro. De esta
manera, la nueva tubería estaría lista para 2018 o 2019.
Fuentes
en el Gobierno ruso afirman que Yamal-Europa-2 permitirá diversificar
el flujo de gas a Europa del Este aminorando el riesgo de
subabastecimiento. Analistas insisten en que se trata, en primer
término, de riesgos políticos. Ucrania se ha mostrado como un socio en
el trasiego de gas poco fiable, explica el director general de la
Fundación para la Seguridad Energética Nacional, Konstantín Símonov,
recordando las frecuentes guerras de gas ruso-ucranianas:
–Lamentablemente,
no tenemos otra opción que pensar en irnos de Ucrania. La tubería
Yamal-Europa-2 cubre la llamada “zona gris” de Europa que no podemos
abastecer con Nord Stream o South Stream. Con Yamal-Europa-2 llegamos a
la parte central de Europa del Este con posibilidad de abastecer a
Hungría y Eslovaquia y alcanzamos Baumgarten, de Austria, adonde no
llegará South Stream, de acuerdo a los planes actualizados. De esta
manera, Ucrania quedará fuera de la zona de tránsito, y Rusia podrá
garantizar a los europeos una alta seguridad de abastecimiento de gas.
Se
supone que la nueva tubería atravesará el territorio de Bielorrusia,
con la que también hubo conflictos de gas. Actualmente, el sistema de
gasoductos de Bielorrusia es controlado por Gazprom. Konstantín Símonov
estima que esto elimina gran parte de los riesgos. Otra ventaja consiste
en que el nuevo proyecto es mucho menos costoso que Nord Stream y South
Stream. La Fundación para la Seguridad Energética Nacional estima su
costo entre mil quinientos a dos mil millones de dólares.
Algunos
expertos indican que las razones políticas pueden obstaculizar la
realización de la obra. Kiev se ha mostrado irritado ante la perspectiva
de perder entre tres a cuatro mil millones de dólares por su expulsión
del negocio del gas. Ciertos políticos de Europa del Este apoyan a
Ucrania en este asunto. Se trata en primer término de Varsovia. El
primer ministro polaco Donald Tusk y algunos de sus colegas tomaron con
escepticismo la idea del nuevo gasoducto. He aquí lo que piensa al
respecto
nuestro experto independiente Dmitri Liutiaguin:
–Todavía
tengo mis dudas con respecto a la posibilidad de construir este
gasoducto en las actuales circunstancias políticas de Rusia, Polonia,
Ucrania y otros países de Europa del Este. En el asunto del gas, la
retórica antirrusa es muy fuerte y si no se logra darle alguna solución o
suavizarla a favor de Rusia, ese tipo de proyectos pueden enfrentarse a
muchas dificultades en dichos países, independiente de los beneficios
económicos que supongan.
La mayoría de los
analistas rusos estima que lo racional se impondrá a lo político.
Konstantín Símonov señala que Gazprom no hace más que ofrecer una
tubería adicional a su potencial cliente, Europa del Este, sin pedirle
nada a cambio, ni que participe en la inversión, ni que renuncie a
ningún otro proyecto alternativo.
La voz de Rusia
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