Estas declaraciones de la cancillería rusa se producen después de que 48 militares sirios y nueve soldados iraquíes murieran la víspera tras ser atacados en la provincia iraquí de Anbar limítrofe con Siria. Se trata de una “acción criminal” que causó “indignación” en Moscú, señala la nota formada por el portavoz del Ministerio ruso, Alexandr Lukashévich.
“Es malo que, tal como habíamos alertado anteriormente, el conflicto interno sirio comience a desbordar las fronteras de Siria creando una amenaza directa para la seguridad de los países vecinos. También es extremadamente peligroso el hecho de que los terroristas actúen cada vez con mayor libertad en las zonas fronterizas”, apuntó el diplomático.
Todo esto, según Lukashévich, “plantea el imperativo de aumentar los esfuerzos dirigidos a favorecer el diálogo entre el Gobierno de Siria y la oposición”, así como “resalta la urgencia de poner fin a cualquier violencia y dar una decidida respuesta al terrorismo”.
Según fuentes oficiales iraquíes, un grupo de soldados sirios entre los que había heridos se refugió en territorio del país vecino tras participar en intensos combates por un puesto fronterizo del que se apoderaron los rebeldes.
Tras prestar ayuda a los fugitivos heridos, las autoridades de Irak decidieron repatriarlos, pero el convoy fue atacado a su paso por la provincia de Anbar. El Gobierno iraquí responsabilizó del ataque a un grupo extremista procedente de Siria.
Ria Novosti
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