La política interna de Rusia no puede ser objeto de negociaciones
internacionales, incluso con Estados Unidos, declaró el secretario de
prensa del Kremlin, Dmitri Peskov.
“El dialogo entre el gobierno ruso y la oposición del país no puede
ser una componente en las relaciones entre Moscú y Washington y en
ningún caso, objeto de negociaciones (bilaterales)”, dijo Peskov en una
entrevista a la revista estadounidense The National Interest.
El funcionario explicó que los partidos y movimientos de oposición,
como el resto de elementos de la sociedad rusa son tenidos en cuenta por
parte del gobierno, las autoridades y todas las fuerzas rusas que
participan en la vida política del país.
“Tenemos la capacidad suficiente de garantizar el desarrollo de la
sociedad civil y el incremento de su actividad política”, dijo Peskov al
comentar la “preocupación” de algunos sectores políticos de EEUU por el
clima político que impera en Rusia.
La reciente aprobación de leyes para regular la celebración de
acciones de protesta y la labor de organizaciones no gubernamentales que
operan en Rusia y son financiadas desde el exterior, ha desatado agudas
críticas tanto en Rusia como en el exterior.
“Hablando honestamente, no podemos tener en cuenta la preocupación
aludida, porque es un asunto de nuestra política interna. Somos un país
democrático que comparte valores comunes con el mundo, pero también
somos un país que resolverá todos sus problemas internos y todos los
relacionados con ellos sin tolerar ninguna injerencia exterior”, subrayó
Peskov.
Tras destacar el interés de Rusia de entablar con EEUU un clima de
dialogo adecuado para atender asuntos cruciales, y fomentar las
relaciones bilaterales, Peskov advirtió que el gobierno ruso responderá
con “tolerancia cero” a las leyes estadounidenses similares al acta Magnistki.
“Es inadmisible utilizar un problema politizado artificialmente para
ingerir en los asuntos internos y caldear temores inexistentes en la
realidad. Demostraremos tolerancia cero a este tipos de cosas”, dijo
Peskov al admitir que la aprobación de la ley Magniski produjo un gran
malestar en el Kremlin y el parlamento ruso.
Condicionada a la anulación de otra ley discriminatoria contra la
URSS y Rusia, la ley Magnitski deniega visados a funcionarios rusos que a
juicio de las autoridades estadounidenses están implicados en
violaciones de derechos humanos en Rusia y congela sus activos en EEUU.
Peskov reconoció que en respuesta a la Ley Magnitski,
la Duma o parlamento ruso aprobó recientemente la controvertida Ley
Dima Yákovlev, que prohíbe a las familias estadounidenses adoptar
huérfanos rusos y restringe el trabajo en Rusia de ONG financiadas por
EEUU.
“Por supuesto que fue una respuesta. ¿Qué más se puede añadir? Se
puede decir que Rusia demostrará tolerancia cero a leyes similares a la
Magnitski”, indicó el portavoz del Kremlin.
Ria Novosti
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