La mayor fábrica rusa de vehículos blindados para infantería Kurganmashzavod está desarrollando un modelo absolutamente nuevo destinado para operar en las regiones polares.
Según la prensa mundial, el
“Rítsar” (Guerrero) es un proyecto extraordinario que no tiene nada que
ver con los anteriores productos de la industria militar de Rusia.
En
lugar de un motor diesel convencional, estará provisto de una turbina
de gas. Esta innovación facilitará el arranque y aumentará la seguridad
de funcionamiento de la máquina en condiciones de bajas temperaturas
polares. Además, la turbina de gas es más compacta que el motor diesel.
Rusia y EEUU son los únicos dos países que han desarrollado y fabricado
ese tipo de propulsores para vehículos blindados.
Otras
importantes características del “Rítsar” son su transmisión
electromecánica y su cuerpo articulado de dos partes que obviamente
servirá para alojar poderoso armamento, personal y gran cantidad de
combustible.
El proyecto “Rítsar” está en su fase
inicial y se desarrolla paralelamente a otro proyecto de vehículo
blindado de transporte de infantería, “Kurganets-25”, que es de diseño
más sencillo. ¿A qué se debe la existencia de dos proyectos paralelos?
El “Rítsar” es un sistema muy complicado que no se fabricará en serie
hasta la próxima década. Se está financiando de acuerdo al programa
nacional para reforzar la presencia militar rusa en el Ártico y en esta
etapa inicial aún no cuesta mucho. Rusia está tomando medidas aún más
costosas para aumentar su potencial militar en el Ártico.
El
Ministerio de Defensa de Rusia ha reconsiderado los planes de cerrar el
aeródromo polar de Tiksi. E incluso está pensando en modernizarlo hasta
el año 2015. Para 2013, tiene previsto desplegar un grupo de cazas
interceptores pesados MiG-31en el archipiélago ártico de Nueva Zembla.
Los planes ya anunciados de la jefatura militar rusa también incluyen el
despliegue de un grupo especial de tropas para asegurar los intereses
de Rusia en el Ártico. Se están construyendo nuevos rompehielos de
propulsión nuclear y convencional. Se desarrolla una nueva
infraestructura. Aumenta el cuerpo de guardia fronteriza polar.
Últimamente
se acentúan las polémicas sobre el futuro de la región entre los países
interesados en las riquezas naturales del Ártico. Rusia está
reivindicando una considerable parte de la plataforma continental del
Ártico e insiste en la prioridad de las naciones de la región para
explotar sus recursos naturales. En este asunto no coincide con algunos
países de fuera de la región como, por ejemplo, China, que reclaman el
acceso equitativo de todos los países del mundo a las riquezas del
Ártico. Los importantes programas técnico-militares que desarrolla Rusia
para proteger sus fronteras polares indican que en las disputas sobre
el futuro de los recursos del Ártico, Moscú no está dispuesto a ceder.
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