Rusia y China llevan adelante la modernización de sus fuerzas estratégicas. Sin embargo, optaron por criterios diferentes para el reemplazo de sus cohetes pesados.
Serguei Karakaiev, jefe de las
Tropas Estratégicas declaró que Rusia lleva adelante actualmente el
proyecto de, como mínimo, dos tipos de nuevos misiles balísticos
intercontinentales. Según medios de difusión nacionales, uno de estos
dos proyectos es el gigantesco misil Sarmat, de combustible líquido, que
reemplazará el sistema soviético RS-36M Voevoda, más conocido en
occidente como Satanás.
El sistema Voevoda durante
años ha sido un elemento importante de las fuerzas nucleares
estratégicas rusas. Son los misiles intercontinentales balísticos más
pesados del mundo. Su peso de despegue supera las doscientas toneladas
y, los potentes motores de combustible líquido sirven para llevar hasta
diez ojivas nucleares y una buena cantidad de medios para burlar los
sistemas de defensa antimisiles, tales como blancos falsos. En
dependencia de la carga bélica, el alcance del misil puede alcanzar de
los once a los dieciséis mil kilómetros.
Por su masa,
el misil RS-36M puede ser comparado solamente con el cohete
intercontinental chino DF-5, que pesa ciento ochenta y tres toneladas.
El misil chino es menos perfecto. Por ejemplo, requiere de una
preparación prolongada para la partida: dos horas toma cargarlo con
combustible, lo que lo hace vulnerable para un primer ataque. Sin
embargo, China mantiene unos veinte misiles DF-5A, por cuanto son los
únicos sistemas estratégicos que dispone, de momento, para lanzar un
ataque a cualquier lugar en el territorio de EEUU.
Rusia
y China eligieron criterios diferentes para el reemplazo de sus misiles
pesados. Rusia optó, en esencia, por resurgir el sistema RS-36 en un
nuevo nivel técnico. La elección del cohete de combustible líquido se
debe a que, en comparación con el de combustible sólido, lleva una carga
útil mayor. Rusia espera que, en perspectiva, EEUU acometa el
despliegue de sistemas antimisiles en el cosmos y refuerce además las
posibilidades del escudo antimisiles en Europa. Así las cosas, un misil
más pesado y potente podrá, con toda seguridad remontar esa defensa.
Además,
a juicio de Serguei Karakaiev, el misil de combustible líquido, con
volúmenes mayores de carga útil ayudará a “realizar tales posibilidades
como la creación de armas de alta precisión estratégica con cargas no
nucleares y, prácticamente de alcance global”. Rusia puede crear un arma
no nuclear de alta precisión sobre la base de los misiles
intercontinental es, en el caso de que en EEUU se vaya a trabajar en tal
arma, indicó Karakaiev.
Rusia, paralelamente con el
misil de combustible pesado trabaja en un nuevo cohete de combustible
sólido móvil, que reemplazará en la producción los sistemas Topol-M y
Yars. De esta manera, Rusia desea, en un futuro próximo, mantener las
fuerzas nucleares estratégicas conformadas de dos componentes básicos:
los misiles móviles y los cohetes pesados de combustible líquido
emplazados en silos.
En lo que concierne a China,
sabido es que, como un agregado al misil móvil DF-31A, de combustible
sólido que produce actualmente, está trabajando en un cohete más pesado
de combustible sólido con la cabeza que se separa. Este misil es también
la respuesta al reforzamiento de los sistemas estadounidenses
antimisiles, pero le será difícil alcanzar los índices de alcance y de
carga útil que tienen los DF-5.
Tal criterio se
ajusta a la estrategia china de organización de las fuerzas nucleares.
China no buscaba en un comienzo la paridad nuclear con EEUU, centrando
la atención en el mantenimiento de una pequeña agrupación de misiles
capaz de resistir un primer ataque y, de lanzar uno de respuesta. Dicho
criterio está experimentando ahora cambios y ya es evidente que China
tendrá que incrementar la cantidad tanto de los misiles balísticos de
los submarinos como de los intercontinental es. Pero, aun no han
madurado las condiciones para un cambio de estrategia.
La voz de Rusia
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