En el verano de 2013 Rusia someterá a pruebas un nuevo misil hipersónico con una velocidad máxima de seis mil kilómetros por hora.
El sector de defensa ruso está
desarrollando armamentos hipersónicos de diversa clase, pero resulta
difícil adelantar cuál de ellos tendrá el mayor efecto.
De Spiral a Jólod
El
desarrollo de misiles hipersónicos iniciado en los años de la guerra
fría entre la Unión Soviética y EEUU, fue suspendido con el término de
la misma y reanudado últimamente. El respectivo proyecto estadounidense
se llama Promt Global Strike (Golpe Nuclear Inmediato). Rusia
también ha logrado notables avances en la farbricación de esa clase de
armamento, entre ellos, ojivas maniobrables para misiles balísticos
intercontinentales.
Llamando las cosas por sus
nombres, el objetivo de estos programas de Rusia y EEUU no ha variado
desde los albores de la tecnología hipersónica: crear una alternativa de
arma guiada al actual misil balístico intercontinental .
El
primer proyecto ruso en ese campo se llamaba Spiral. Un aparato orbital
debía despegar desde un avión portador hipersónico a una altura de
veintiocho a treinta kilómetros. La velocidad proyectada de Spiral
superaba seis veces la del sonido: hasta siete mil kilómetros por hora.
Fue una repuesta rusa al programa estadounidense X-20 Dyna Soar, pero
ninguno de los dos proyectos alcanzó la fase de vuelo.
Treinta
años más tarde, el 28 de noviembre de 1991, desde el polígono de
Sari-Shagan inició su primer vuelo el laboratorio volador Jólod,
desarrollado a partir del misil antiaéreo pesado 5B28 del modelo S-200, ya obsoleto para aquel entonces. La elección del 5B28
como misil base se debió tanto a sus características de vuelo, como a
la necesidad de reemplazarlo por otro más moderno de la serie S-300.
El
sistema estuvo provisto de un estatorreactor hipersónico capaz de
acelerarlo hasta Mach 3.5 - 6.5 (número de velocidades del sonido), a
una altura de quince a treinta y cinco kilómetros. En 1999, Jólod
realizó varios exitosos vuelos alcanzando la velocidad de unos mil
novecientos metros por segundo (Mach 6.5), después de lo cual las
pruebas fueron suspendidas debido a la grave situación económica del
país (crisis de 1998).
Resultado provisional
Justamente
los motores necesarios para acelerar el aparato hasta velocidades tan
altas son el mayor problema a estas alturas. Las ojivas maniobrables de
misiles intercontinental es no tienen esta dificultad, porque son
aceleradas por el propio misil, pero hoy en día la tarea es crear un
ingenio hipersónico guiado de uso múltiple.
EEUU soluciona esta tarea con el desarrollo del aparato X-37 sometido en 2010 a primeras pruebas de vuelo. Actualmente, el X-37
está realizando su tercera misión orbital iniciada en diciembre de
2012. Permanecerá en órbita varios meses. En teoría, estas pruebas deben
llevar a la creación de un portador hipersónico de armas capaz de
maniobrar en órbita y entrar a la atmósfera para atacar objetivos en
cualquier parte del mundo, mas para conseguirlo es nesario solucionar
numerosos problemas de diseño y posicionamiento geográfico del aparato.
Los tradicionales métodos de comunicación y navegación radial no
funcionan, cuando la nave atraviesa la atmósfera a una velocidad
hipersónica.
Ya hemos dicho que Rusia está
desarrollando varios proyectos de armas hipersónicas. El mayor progreso
se ha logrado en el ámbito de las ya mencionadas ojivas maniobrables.
Son más grandes y pesadas que las ojivas convencionales y pueden
realizar maniobras en la atmósfera. Los medios de defensa antimisiles,
disponibles y en proyecto, serán, por tanto, prácticamente incapaces de
interceptarlas.
En los próximos años también debe
ser desarrollado un misil hipersónico para la Armada de Guerra. El
respectivo proyecto ruso se llama Circón.Es
un arma antibuque que servirá de base para el misil hipersónico que
Rusia y la India desarrollan conjuntamente a partir del misil BrahMos
para la fuerza aérea. La velocidad del misil para la aviación debe
superar más de diez veces la del sonido.
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