viernes, 14 de diciembre de 2012

Armenia: bastión en potencia de radares de Rusia

La cancillería de Rusia confirmó, oficialmente, el cierre de la estación de radares de Gabala, en Azerbaiyán

Esta decisión se debe a que expiró el plazo de vigencia del acuerdo entre los gobiernos de los dos países, sobre el estatus, principios y condiciones de explotación de la estación. Sin embargo, Transcaucasia es una región de importancia estratégica, y Rusia está interesada en la construcción de un nuevo centro en ese lugar. De suerte que, una vez interrumpida la explotación del radar de Gabala, es muy probable que Rusia construya una estación en territorio de Armenia, explicó en entrevista a nuestra emisora, el politólogo de esa república, Serguei Shakariantz. 

En el debate de las noticias político-regionales, el asunto del cese del radar de Gabala salió a primer plano. Es más, los comentarios son diversos. Para la Federación de Rusia, esta es una medida independiente, que se colige de la declaración de la cancillería, en la que se señala claramente que, esta fue una decisión de Moscú. Por cuanto la declaración llegó por canales diplomáticos, y habida cuenta que la explotación del radar es una prerrogativa estrictamente militar, podemos considerar que, esta decisión fue tomada al más alto nivel del ministerio de Defensa y del Estado Mayor, incluido su Comandante Supremo, o sea, el presidente Vladimir Putin. Esta decisión contiene una información, una referencia, pero pienso que las conclusiones las debe sacar Azerbaiyán. A mi entender, esto significa que las conversaciones están interrumpidas en este momento, pero van a continuar. Lo más probable es que, cuando Azerbaiyán tome conciencia del carácter errado de sus acciones, podrá promover su reanudación.

En lo que respecta a Rusia, recordamos las publicaciones de primavera, en el sentido que, de cerrarse este radar, el país optará por la construcción de uno nuevo, similar.
Entonces, como nuevo lugar para tal estación se nombraba Armenia. Considero que no cabe hoy día apresurarse con las conclusiones. En realidad, para la construcción de un radar similar tiene sentido no solo el lugar de emplazamiento de la estación, sino también la posición geográfica. De ahí que, la elección del nuevo lugar es materia de militares y especialistas rusos quienes pueden encontrar en el mapa un lugar análogo fuera de Azerbaiyán. Tomando en cuenta que ahora se acometen intentos de mejorar las relaciones ruso-georgianas, es posible que, para la construcción de un nuevo radar pueda elegirse el territorio de Georgia. 

El asunto del lugar mismo es de suma importancia, y ahí está la razón de por qué, en sus días, se eligiera en la URSS justamente Azerbaiyán. Ese punto era el más cómodo y afortunado para las estructuras militares que se ocupan de los sistemas de advertencia temprana, o sea, que realizan el control en un vasto territorio, hasta la isla Diego García, del Océano Índico. Entendemos perfectamente que tales radares no son necesarios para países regionales concretos. Ellos tienen sus medios para el sondeo de la situación a una distancia de quinientos a ochocientos kilómetros. Las estaciones del tipo de Gabala son indispensables para servir de contrapeso a la influencia existente en el océano Índico, en el espacio aéreo y cósmico. Ahora, con el trasfondo del despliegue de sistemas antimisiles en Turquía también, para Rusia sería útil contar con una estación de alerta temprana, aparte de la estación de radares de Armavir recientemente construida en la comarca de Krasnodar. Para Rusia son indispensables tales instalaciones, con el objeto de seguir controlando las acciones de EEUU. 

Podría Azerbaiyán entregar el radar de Gabala a un tercer país. Naturalmente que existen tales temores, posiblemente en los marcos de sus relaciones estratégicas con Turquía. ¿Por qué no? Y si se recuerda con cuanto ahínco arma Israel a Azerbaiyán, e posible que, después de Rusia aparezca más de alguien que desee tomar el control de ese radar. Aquí notamos no solo la ostentosa partida de Rusia, sino la franca, o mal velada insinuación de que ahora, la Federación de Rusia no se opone a que del control del territorio azerbaiyano se ocupe ahora, por ejemplo Irán. Pues, entendemos perfectamente que, en el caso de la aparición en Kutkashensk de radares de militares israelíes, norteamericanos o turcos, en primer lugar serán atacados los intereses de Irán. Y no excluyo que esta movida, esta decisión de Rusia fue coordinada, incluso a nivel interestatal. 

Nota: El radar de Gabala fue un elemento de los más importantes del sistema de defensa antimisiles de la URSS. Una vez que Azerbaiyán devino estado independiente, la estación pasó a su propiedad. El tratado de arriendo fue firmado con Rusia en 2002, y expira a fines de diciembre de este año.

La voz de Rusia

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