La cancillería de Rusia confirmó, oficialmente, el cierre de la estación de radares de Gabala, en Azerbaiyán
Esta decisión se debe a que expiró
el plazo de vigencia del acuerdo entre los gobiernos de los dos países,
sobre el estatus, principios y condiciones de explotación de la
estación. Sin embargo, Transcaucasia es una región de importancia
estratégica, y Rusia está interesada en la construcción de un nuevo
centro en ese lugar. De suerte que, una vez interrumpida la explotación
del radar de Gabala, es muy probable que Rusia construya una estación en
territorio de Armenia, explicó en entrevista a nuestra emisora, el
politólogo de esa república, Serguei Shakariantz.
—En
el debate de las noticias político-regionales, el asunto del cese del
radar de Gabala salió a primer plano. Es más, los comentarios son
diversos. Para la Federación de Rusia, esta es una medida independiente,
que se colige de la declaración de la cancillería, en la que se señala
claramente que, esta fue una decisión de Moscú. Por cuanto la
declaración llegó por canales diplomáticos, y habida cuenta que la
explotación del radar es una prerrogativa estrictamente militar, podemos
considerar que, esta decisión fue tomada al más alto nivel del
ministerio de Defensa y del Estado Mayor, incluido su Comandante
Supremo, o sea, el presidente Vladimir Putin. Esta decisión contiene una
información, una referencia, pero pienso que las conclusiones las debe
sacar Azerbaiyán. A mi entender, esto significa que las conversaciones
están interrumpidas en este momento, pero van a continuar. Lo más
probable es que, cuando Azerbaiyán tome conciencia del carácter errado
de sus acciones, podrá promover su reanudación.
En lo que respecta a Rusia, recordamos las publicaciones de primavera, en el sentido que, de cerrarse este radar, el país optará por la construcción de uno nuevo, similar.
Entonces, como nuevo lugar para tal estación se nombraba Armenia. Considero que no cabe hoy día apresurarse con las conclusiones. En realidad, para la construcción de un radar similar tiene sentido no solo el lugar de emplazamiento de la estación, sino también la posición geográfica. De ahí que, la elección del nuevo lugar es materia de militares y especialistas rusos quienes pueden encontrar en el mapa un lugar análogo fuera de Azerbaiyán. Tomando en cuenta que ahora se acometen intentos de mejorar las relaciones ruso-georgianas, es posible que, para la construcción de un nuevo radar pueda elegirse el territorio de Georgia.
El
asunto del lugar mismo es de suma importancia, y ahí está la razón de
por qué, en sus días, se eligiera en la URSS justamente Azerbaiyán. Ese
punto era el más cómodo y afortunado para las estructuras militares que
se ocupan de los sistemas de advertencia temprana, o sea, que realizan
el control en un vasto territorio, hasta la isla Diego García, del
Océano Índico. Entendemos perfectamente que tales radares no son
necesarios para países regionales concretos. Ellos tienen sus medios
para el sondeo de la situación a una distancia de quinientos a
ochocientos kilómetros. Las estaciones del tipo de Gabala son
indispensables para servir de contrapeso a la influencia existente en el
océano Índico, en el espacio aéreo y cósmico. Ahora, con el trasfondo
del despliegue de sistemas antimisiles en Turquía también, para Rusia
sería útil contar con una estación de alerta temprana, aparte de la
estación de radares de Armavir recientemente construida en la comarca de
Krasnodar. Para Rusia son indispensables tales instalaciones, con el
objeto de seguir controlando las acciones de EEUU.
Podría
Azerbaiyán entregar el radar de Gabala a un tercer país. Naturalmente
que existen tales temores, posiblemente en los marcos de sus relaciones
estratégicas con Turquía. ¿Por qué no? Y si se recuerda con cuanto
ahínco arma Israel a Azerbaiyán, e posible que, después de Rusia
aparezca más de alguien que desee tomar el control de ese radar. Aquí
notamos no solo la ostentosa partida de Rusia, sino la franca, o mal
velada insinuación de que ahora, la Federación de Rusia no se opone a
que del control del territorio azerbaiyano se ocupe ahora, por ejemplo
Irán. Pues, entendemos perfectamente que, en el caso de la aparición en
Kutkashensk de radares de militares israelíes, norteamericanos o turcos,
en primer lugar serán atacados los intereses de Irán. Y no excluyo que
esta movida, esta decisión de Rusia fue coordinada, incluso a nivel
interestatal.
Nota: El radar de Gabala fue un
elemento de los más importantes del sistema de defensa antimisiles de la
URSS. Una vez que Azerbaiyán devino estado independiente, la estación
pasó a su propiedad. El tratado de arriendo fue firmado con Rusia en
2002, y expira a fines de diciembre de este año.
La voz de Rusia

No hay comentarios:
Publicar un comentario