Todo parece indicar que la base militar rusa número 201 permanecerá en el territorio de Tayikistán hasta 2042.
Este acuerdo será el elemento principal de un conjunto de acuerdos
que han de ser firmados tras la visita de dos días de duración del
presidente de Rusia, Vladimir Putin, a Tayikistán, que está prevista
para hoy, 4 de octubre.
De esta manera, ya se podría vislumbrar el perfil de la presencia
militar rusa en Asia Central a lo largo de las próximas décadas: Rusia
mantendrá sus instalaciones militares en Kirguizistán (el acuerdo
pertinente fue firmado hace dos semanas por los máximos mandatarios ruso
y kirguís) y en Tayikistán.
Al mismo tiempo, Moscú no tendrá que pagar por el alquiler de sus
bases, como tiene que hacer Washington, por ejemplo. Según el esquema ya
rodado, los aliados rusos en la región podrían contar con la
condonación o la reestructuración de sus deudas con Rusia, así como con
algunas condiciones preferentes, entre ellas, reducción de los aranceles
para derivados de petróleo exportados a Tayikistán.
Moscú se prepara para cooperar con los países centroasiáticos
Los preparativos para la visita de Vladimir Putin a Dusambé se llevan
a cabo con tanta pompa, como si se tratara de la celebración de un
aniversario. Lo que ocurre es que el presidente de Tayikistán, Emomalí
Rajmón, celebra su cumpleaños un par de días antes que Vladimir Putin,
de modo que el líder ruso el próximo 5 de octubre lo felicitará
personalmente por su 60 aniversario.
En Tayikistán, donde se sabe apreciar este tipo de atención, el gesto
del presidente ruso se aprovechará como un potente recurso capaz de
reforzar la posición de Rajmón, minada por los recientes acontecimientos
en Alto Badajshán, donde el pasado 24 de julio las tropas
progubernamentales han intentado tomar la situación bajo su control
después del asesinato del jefe del Departamento local del Servicio de
Seguridad Nacional, Abdulló Nazárov.
La operación militar, que duró unas 24 horas y se llevó la vida de
decenas de militares y civiles, no glorificó a las autoridades del país.
Se consiguió parar el derramamiento de sangre que amenazaba con
convertirse en una nueva guerra civil gracias a la mediación del líder
espiritual de los chiítas ismaelitas, el príncipe Aga-Khan IV.
Los acontecimientos ocurridos en el “techo del mundo”, así es como se
suele referir a la cordillera de Pamir, hizo que Dusambé volviera a
evaluar la posible desestabilización de la situación en el país, sobre
todo en vísperas de la retirada de Afganistán del contingente militar
occidental.
Sea cual sea el motivo, pero después de aquella guerra relámpago no
demasiado exitosa, la calidad de las negociaciones ruso-tayikas sobre el
futuro de la base militar rusa número 201 cobró una dimensión
considerablemente más constructiva. Su permanencia en el país, según el
acuerdo de 2003, había de acabarse a finales de 2013.
Las condiciones precisas para una base militar
El 5 de octubre, si no ocurre nada extraordinario, los presidentes de
Rusia y Tayikistán habrán de firmar un nuevo acuerdo que definirá las
condiciones de la estancia de la base rusa en el país durante los
próximos 49 años. El plazo, por insistencia de Dusambé, se calculará a
partir de 1993, momento en el que la base soviética estacionada en
Tayikistán pasó bajo la jurisdicción de Moscú. Es decir, Rusia mantendrá
su presencia militar en el país hasta 2042, como mínimo.
El aspecto definitivo del documento se perfiló en septiembre, al
acudir a Dusambé procedente de Bishkek, donde se acababan de firmar los
acuerdos sobre la base militar rusa en Kirguizistán, la delegación rusa
encabezada por el viceprimer ministro ruso, Igor Shuválov.
Sin embargo, la posibilidad de que se consiga una fórmula de
compromiso sobre la base número 201 se puso recientemente en tela de
juicio por el comandante del Ejército de Tierra de Rusia, el coronel
general Vladimir Chirkin. Supuso que el acuerdo en cuestión se firmaría
“en la primera mitad del año que viene”.
El alto cargo militar motivó su opinión con las existentes
“discrepancias” entre Moscú y Dusambé. Según él, “se estableció el plazo
de hasta finales de marzo, para que las partes mantengan consultas
necesarias y negocien todos los aspectos y condiciones…”. Tayikistán,
añadió, está solicitando a Moscú importante ayuda financiera,
“estaríamos hablando de cerca de 100 millones de dólares anuales”,
concluyó.
Luchando por el agua
Se espera que en el transcurso de la visita de Vladimir Putin y de
sus entrevistas, posiblemente de larga duración y a puerta cerrada, con
el presidente Emomalí Rajmón, se prestará especial atención, entre otros
aspectos, a los problemas del agua y la energía, que se han convertido
en objeto de fervientes disputas entre los Estados centroasiáticos.
Los países situados en las zonas bajas de las principales arterias de
la región, los ríos Sir Daria y Amu Daria (es decir, Uzbekistán,
Kazajstán y Turkmenistán), se muestran en contra de la construcción de
instalaciones hidroeléctricas en los territorios de Tayikistán y
Kirguizistán, países situados en las zonas altas de los mencionados
ríos.
Las discusiones subieron de tono después de unas declaraciones
bastante apasionadas del presidente de Uzbekistán, Islam Karímov, hechas
a principios de septiembre en Astaná después de las negociaciones con
el presidente Nursultán Nazarbaiev. Habló de la amenaza de que en Asia
central estallara una “guerra” por los recursos acuáticos en caso de no
tenerse en cuenta en la construcción de las centrales hidroeléctricas
Kambarátinskaya en Kirguizistán y Rogúnskaya en Tayikistán los intereses
de todos los países de la región.
Es muy posible que el líder uzbeko haya estado generando tensiones de
manera intencionada, dado que en dos semanas estaba prevista la firma
del acuerdo sobre la participación de la empresa rusa Inter RAO EES
(Sistemas Energéticas Unificadas) en la construcción de la central
Kambarátinskaya.
El presidente de Kazajstán, Nursultán Nazarbaiev, se mostró por su
parte moderadamente preocupado por los planes de construir una central
hidroeléctrica con presas de gran envergadura. Después de que se
firmaran los acuerdos ruso-kirguises, Karímov mantuvo una conversación
telefónica con Nazarbaiev y, según explican las fuentes oficiales
kazajas “los líderes de ambos países volvieron a reiterar las posturas
anteriormente formuladas” y subrayaron la necesidad de “celebrar unas
consultas con expertos internacionales independientes y tomar en
consideración las opiniones de todos los países interesados”.
Sin embargo, Uzmetronom.com, un portal de Internet bien informado,
comunicó que existían ciertos escollos en las relaciones “relativas al
asunto del agua” entre Tashkent y Astaná. El recurso informó de que
Nursultán Nazarbaiev, en una conversación telefónica con Karímov, se
mostró confundido por los acelerados ritmos de construcción en el
territorio uzbeko de un nuevo embalse que reducirá considerablemente los
volúmenes de agua que trae el río Sir Daria al vecino Kazajstán.
Unos días antes de la visita de Putin a Dusambé el presidente de
Uzbekistán realizó una visita de dos días de duración a Turkmenistán. Se
espera que los dos líderes no tarden en pronunciarse en contra de los
planes de construcción de centrales hidroeléctricas de gran envergadura.
Merece la pena señalar que, a diferencia de la disposición de Moscú
de apoyar la construcción de centrales hidroeléctricas en Kirguizistán,
no se podría decir lo mismo sobre los proyectos en Tayikistán, sobre
todo porque a Rusia, por lo menos de momento, no le interesa provocar
tensiones en las relaciones con Tashkent a causa de un proyecto
realmente dudoso.
Otra cosa es la construcción de centrales pequeñas y medianas, asunto
que también se abordará durante la visita de Vladimir Putin a Dusambé.
El salvador de la nación
Mientras tanto, en la capital tayika se están llevando a cabo no solo
los preparativos para la visita del presidente ruso, sino para el
aniversario del máximo mandatario del país, Emomalí Rajmón, a quien se
le suele referir en tayiko como a “Su Majestad”.
El 3 de octubre en la Biblioteca Nacional de Tayikistán fue
presentado el libro ‘Salvador de la nación’, editado en Europa en las
lenguas francesa e inglesa y la edición de la revista ‘The European
Times’, dedicada exclusivamente a Tayikistán.
En próximo noviembre se cumplirán 20 años desde la llegada de Rajmón
al poder. Por la duración de su Gobierno solo le superan los presidente
de Uzbekistán, Islam Karímov, y de Kazajstán, Nursultán Nazarbaiev, que
están al frente de sus países desde la época soviética.
*Arkadi Dubnov es corresponsal del diario Moskovskie Novosti
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