Rusia exige la devolución del cargamento confiscado por Turquía de un avión sirio. La aeronave despegó el 10 de octubre de Moscú rumbo a Damasco. Cuando sobrevolaba Ankara dos cazas le obligaron a aterrizar para practicar inspecciones.
Rusia demanda la devolución de
doce contenedores con equipos para radares. Pero fuentes diplomáticos no
excluyen que el cargamento quede en Turquía, señalando que durante la
confiscación de los contenedores el piloto sirio solicitó un recibo, que
no le fue dado.
La devolución del cargamento a su
fabricante es el tema central de las conversaciones que tienen lugar,
consignaron fuentes próximas al ámbito de cooperación técnico-militar, y
añadieron que el hecho no se puede tildar más que de incursión.
Al
principio Ankara declaró que el avión sirio transportaba pertrechos de
guerra. Luego la cancillería rusa informó de que Turquía no duda de la
legitimidad de las cargas. Y días atrás su jefe Serguei Lavrov dijo que
Rusia espera de Turquía el reconocimiento público de que a bordo de la
aeronave no había armas ni pertrechos.
La reacción
de la parte turca a las exigencias de Rusia obedece en buen grado a la
actitud de Ankara frente a los sucesos en Siria, estima el analista del
Centro de Estudios del Medio Oriente Contemporáneo de San Petersburgo,
Alexander Sotnichenko. Según él, un mes atrás Turquía intentaba
participar activamente en la guerra civil siria del lado de la
oposición. Pero la situación está cambiando, considera el experto:
—El
gobierno de Turquía está dispuesto a dar marcha atrás. En la prensa se
encrespó el diálogo sobre la actitud hacia el conflicto sirio. Por vez
primera en el último año y medio, el gobierno piensa renunciar a su
rígida postura, lo cual permite suponer que Ankara da muestras de
sensatez y acordará con Moscú la coordinación de las acciones en cuanto a
Siria se refiere. Y claro está que la cuestión del cargamento también
quedará arreglada. Para Turquía es un asunto de importancia primordial,
dado que Rusia es su segundo socio económico y Ankara depende mucho del
petróleo y gas rusos.
Paralelamente con las
conversaciones sobre la devolución del cargamento, el Servicio Federal
de Seguridad de Rusia está verificando la posible fuga de información
sobre el envío del cargamento a Siria. Una fuente de las estructuras del
Estado comunicó, podría decirse con alto grado de seguridad, que los
departamentos rusos nada tienen que ver con la divulgación de la
información. Lo más probable es que la fuga se produjo por culpa de la
parte siria. El politólogo Stanislav Tarásov manifiesta otra versión:
—Existen
motivos para suponer que el gobierno turco no por antojo decidió
complicar las relaciones con Moscú. Por lo visto, se vio en una
situación comprometida bajo la presión de EEUU. La información especial
transmitida desde Moscú sobre que el avión llevaba supuestamente un
cargamento militar, fue toda una provocación, que obligó a Ankara a
actuar. Y al mismo tiempo, no le dejaron o no pudo activar los
mecanismos de las consultas ruso-turcas. Ankara debía haberlo hecho. El
problema relacionado con el avión es una astilla clavada en las
relaciones bilaterales.
A juzgar por el tono
de las publicaciones en la prensa turca, afirma Stanislav Tarásov, el
tema difícilmente quede cerrado antes de la visita del presidente ruso
Vladímir Putin a Ankara. Su secretario de prensa, Dmitri Peskov,
manifestó recientemente que la visita aplazada de Vladímir Putin a
Turquía puede hacerse efectiva ya el 3 de diciembre.
La voz de Rusia
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