El presidente egipcio Mohamed Morsi va a posicionarse con China e Irán
para reequilibrar la región, ha dicho a RT Michael Hughes, estratega de
política exterior de la sede en Washington del New World Strategies
Coalition.
Egipto ha dependido de la ayuda norteamericana durante décadas, llegando
a recibir más de mil millones de dólares al año. Ahora, el presidente
Mohamed Morsi está acercándose a China la próxima semana en busca de
inversión, enviando un mensaje claro de que está tratando de equilibrar
la situación, alejándose de Occidente.
Egipto necesita dinero en efectivo inmediato de los EE.UU., el FMI y las
monarquías del Golfo, pero en cuanto a los intereses geopolíticos de El
Cairo, "a largo plazo los egipcios quieren mejorar su relación
conChina, que puede llenar el vacío de modo que no tengan que confiar en
Occidente nunca más", reveló Hughes.
A cambio Beijing evidentemente necesita acceso al Mediterráneo y algunas
prioridades del Canal de Suez, algo que los EE.UU. están recibiendo en
la actualidad, cree Hughes. Aunque al principio parece que China no pide
mucho, la verdad es que esas dos cosas son bastante grandes porque
Beijing desea acceso al puerto, dijo.
"Ellos quieren aliarse con los no aliados. Aliarse con Egipto y
llevárselo de los EE.UU. es una victoria para China", afirmó Hughes.
No es ningún secreto que, después de China, el presidente Morsi se
dirigirá a Irán, una de las espinas principales de Occidente en estos
momentos. Dadas las tensiones en curso sobre los proyectos nucleares de
Teherán, es un movimiento bastante provocativo.
Sin embargo, la sensación entre El Cairo y Teherán es mutua, insiste el analista de política exterior.
"El vínculo tácito aquí es Israel", dijo Hughes, explicando que Egipto
puede aprovechar su relación para presionar a Israel para poner fin a
esta habladurías acerca de bombardear Irán.
"Aquí está la conexión, porque Morsi empieza a parecer un genio
geopolítico. Si es capaz de sacar esto adelante, si es capaz de hacer a
Israel dar un paso atrás con la cosa de "bombardear Irán", sería bastante asombroso", dijo Michael Hughes.
"Después de todo, si Egipto considera a Irán como un socio, no tendría
que depender de los EE.UU. o Israel, y podría compensar y contrarrestar a
las monarquías del Golfo", explicó Hughes, diciendo que los Hermanos
Musulmanes que representa Morsi tienen un montón de problemas con Arabia
Saudita.
"Es una dinámica interesante. A pesar de que los Hermanos Musulmanes son
sunitas - e Irán es chiíta - tienen mucho en común contra el Reino de
Arabia Saudita.
El acercamiento de Egipto con Irán es, por supuesto, irritante para
Israel. Los EE.UU. están preocupados por la violencia latente en la
región de la frontera del Sinaí, con la secretaria de Estado, Hillary
Clinton, buscando el diálogo entre los dos países.
Aunque lentamente, la Hermandad Musulmana - y Egipto, donde han llegado
al poder - van a distanciarse de los EE.UU. y en última instancia,
Israel va a entender que van a tener que entenderse, señaló Michael
Hughes. Así que Israel y Egipto tendrán que resolver su disputa sobre el
Sinaí, ya que ambos tienen un interés común en la derrota del
terrorismo.
A largo plazo, Israel se dará cuenta de que Egipto tiene todas las bolas
en su campo, porque Israel es vitalmente dependiente de los tratados
con Egipto - lo que asusta a Tel Aviv a muerte.
Con el presidente Morsi a la cabeza, Egipto va a ser un jugador
importante - y pronto, Morsi va a reequilibrar la región, predice
Michael Hughes.
"Morsi es bastante brillante. Él tiene un final en mente. No sabemos
cual es. Esperamos que no sea un califato", reconoció Michael Hughes.
"Creo que Irán y Egipto van a compensar a Arabia Saudita y EE.UU.", concluyó Hughes.
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