Rusia y China, dos de los cinco miembros permanentes del
Consejo de Seguridad de la ONU, volvieron a ejercer hoy su derecho al
veto para bloquear el anteproyecto de una resolución que amenazaba a
Siria con sanciones.
El borrador de la resolución, presentado por Gran Bretaña,
obtuvo 11 votos en favor, dos en contra y dos abstenciones. El texto
amenazaba a las partes en conflicto con el capítulo 7 de la Carta de la
ONU, es decir, una posible intervención militar para cesar la violencia
que desde marzo de 2011 se cobró más de 16.000 víctimas, según declaró
la víspera el embajador colombiano Nestor Osorio, presidente de turno
del Consejo de Seguridad.
Las delegaciones de China y Rusia rechazaron el documento
alegando que las sanciones afectarían únicamente al Gobierno de Siria, y
no a la oposición conformada por múltiples grupos sueltos que no
obedecen a nadie.
El canciller ruso Serguei Lavrov comparó anteriormente con “chantaje” la amenaza de sanciones contra Siria.
El resultado de la votación, prevista originalmente para ayer,
pone en tela de juicio el futuro de la Misión de Observación de las
Naciones Unidas en Siria (UNSMIS) cuyo mandato inicial de 90 días expira
el próximo viernes. Un anteproyecto alternativo, presentado por Rusia,
recomendaba extender por 45 días el mandato de la UNSMIS.
Antes de iniciarse la la votación, el embajador ruso ante la
ONU Vitali Churkin reconoció que “si alguien ve hoy los brazos
levantados de todos los miembros del Consejo de Seguridad, será en
relación con Chipre, no Siria”.
Según Churkin, las naciones occidentales se negaron a trabajar
con el borrador ruso, por lo que Moscú decidió no someterlo a votación.
“Pensamos que la ulterior confrontación en el Consejo de
Seguridad de la ONU sería inútil y contraproducente, así que nos
abstendremos de poner a votación nuestro anteproyecto de resolución”,
explicó el diplomático ruso. Lo más correcto ahora, según él, sería
adoptar “una resolución breve y despolitizada” por un plazo indefinido.
El embajador británico ante la ONU, Mark
Lyall Grant, confesó sentirse “horrorizado” por el doble veto de China y
Rusia, ya el tercero, a las sanciones internacionales contra Siria.
Moscú y Pekín, según él, fueron incapaces de “demostrar su
responsabilidad ante el Consejo de Seguridad de la ONU”.
Moscú y Pekín vetaron las sanciones contra Damasco en octubre de 2011
y en febrero de 2012. Rusia declaró en más de una ocasión que no dejará
reeditar en Siria lo ocurrido en Libia e insistió en que los sirios
decidan su futuro por cuenta propia, mediante un amplio diálogo nacional
y sin injerencia foránea.
Ria Novosti
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