Según los informes de la provincia de Farah, en el suroeste de Afganistán, un jefe de la Policía Local desertó junto con trece subordinados y se pasó al bando de los talibanes.
El
representante oficial del gobernador de la provincia comunicó que los
policías dejaron su puesto el domingo por la noche llevando consigo
armas y coches policiales. Siete oficiales que se negaron a irse con los
talibanes fueron envenenados por el jefe de Policía.
Fuente La voz de Rusia
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