En la región de Amur (Lejano Oriente) el mayor del ejército ruso
Serguéi Sólnechnikov sacrificó su vida por las vidas de sus soldados
cubriendo una granada lanzada por casualidad, que cayó en la zanja donde
realizaban ensayos militares.
Por una infeliz coincidencia, una granada de uno de los soldados golpeó
en el parapeto frente de la zanja y quedó bajo los pies de los
militares. Sólnechnikov, de 31 años, reaccionó de inmediato: cubrió el
explosivo con su cuerpo salvando así la vida de muchos efectivos.
Sus colegas perciben su muerte como una tragedia personal. Los
militares todavía no pueden recuperarse tras el incidente. Muchos
soldados requirieron la asistencia de psicólogos.
El oficial fue llevado al hospital y sometido a una operación que duró
más de una hora, pero las heridas que sufrió resultaron letales.
Contra el soldado cuyo error causó la muerte del comandante del
batallón se abrió un caso criminal, que le podría costar cinco años de
prisión. Pero él no quiere esperar el resultado de la investigación:
Maxim Zhuravlev de 19 años está seguro de su culpabilidad y no quiere
vivir con esta carga.
Actualmente una comisión del Ministerio de Defensa estudia las
circunstancias de la tragedia que provocó la muerte del comandante del
batallón.
El héroe será honrado a título póstumo con un premio estatal. Así lo declararon las autoridades castrenses de Rusia.
Artículo completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/rusia/issue_38116.html
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