viernes, 9 de septiembre de 2011
Presidente del Peru Ollanta Humala evalúa nueva estrategia militar en el VRAE
Fuerzas Armadas. Ministro Daniel Mora anuló todo porque lo quisieron sorprender. Se elevó sin autorización el monto referencial de US$ 19,4 millones a US$ 26,8 millones, lo que incrementó el costo del contrato. Vea la infografía del contrato y la anulación
“Ministro, nos ahorramos 4,7 millones de dólares en la contratación de seguros para las aeronaves de las Fuerzas Armadas. El concurso ha sido todo un éxito”, le informaron al recién estrenado titular de Defensa, Daniel Mora Zevallos. El 12 de agosto, el comité especial encargado de escoger la mejor oferta seleccionó a El Pacífico Peruano Suiza –que tuvo como competidores a Mapfre Perú y Rímac Internacional–, que propuso 22 millones 66 mil dólares para asegurar 129 aeronaves de uso militar. El monto referencial señalado por el comité fue 26 millones 836 mil 232 dólares. A primera vista, efectivamente, el Ministerio de Defensa economizaba US$ 4,7 millones.
Solo faltaba que Mora firmara la autorización para la suscripción del contrato, pero antes de hacerlo, ya que recién había asumido funciones, y el proceso se había originado en la anterior administración, pidió los documentos que sustentaban la elección de El Pacífico Peruano Suiza. Gran sorpresa.
El comité especial del Ministerio de Defensa había fijado en 19 millones 470 mil dólares el monto referencial para el aseguramiento en conjunto de 91 aeronaves de la FAP, 34 del Ejército y 4 de la Marina (cuyo valor total es de US$ 480,8 millones).
Millones que vuelan
El concurso estaba en marcha cuando algunas compañías participantes se quejaron porque la cifra referencial era muy baja y no representaba Defensa. Presidente lideró reunión junto a su asesor, Adrián Villafuerte. Presidente demandó resultados inmediatos contra narcoterrorismo a autoridades militares y afirmó que la solución también comprendía la inclusión social.
En una prolongada reunión secreta sostenida con el alto mando del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, bajo la jefatura del general EP Luis Howell Ballena, y con la participación del titular del ministerio de Defensa, Daniel Mora Zevallos, el presidente Ollanta Humala evaluó la nueva estrategia conjunta contra el narcoterrorismo que se ejecuta ya en el Valle de los ríos Apurímac y Ene (VRAE).
Humala recibió información detallada sobre las operaciones de los institutos armados en el teatro de operaciones del VRAE, y preguntó sobre los objetivos y los plazos.
En evidente demostración de sus conocimientos castrenses, el jefe del Estado muchas veces replicó a los oficiales que le daban cuenta de la evolución del conflicto en la zona donde opera un remanente de Sendero Luminoso liderado por el narcoterrorista Víctor Quispe Palomino y donde también se registra la mayor producción de cocaína en el país.
Humala asistió en compañía de su consejero en temas de Seguridad Nacional, el coronel EP en retiro Adrián Villafuerte Macha, uno de sus principales asesores durante la campaña presidencial.
“Muy bien, en el papel es maravilloso, en el power-point ganamos la guerra, pero qué vamos a conseguir en concreto y en qué plazos”, ironizó el presidente. “Necesitamos mostrar avances. El país necesita saber que avanzamos”, dijo.
El eje de la estrategia conjunta perfilada por el jefe del Estado en la reunión con el CCFFAA, jefatura que conduce la guerra en el VRAE, es la participación activa de todas las fuerzas del orden, pero con un solo mando, integrado y con amplio margen de decisión.
“La población está cansada de escuchar noticias sobre emboscadas y alto número de bajas militares. Debemos comunicar que ya se aplica una nueva estrategia y que está dando resultados. Parece que hay quienes no saben que estamos en una guerra”, manifestó, de acuerdo con fuentes castrenses, el presidente.
Humala coincidió con el jefe del CCFFAA, gral. Luis Howell, que no se trataba solo de enfrentar a Sendero, sino a una organización criminal que recibía financiamiento y armas del narcotráfico, y que se aprovechaba de la extrema población del VRAE que no tiene otro ingreso que lo que le pagan los narcos por la hoja de coca.
“Hay que ganarnos a la población, tenerla de nuestro lado; de otro modo, poco o nada vamos a avanzar. La victoria será lejana. Por eso estamos de acuerdo en que esta guerra no solo es militar, sino también económica. La inclusión social en el VRAE es fundamental para vencer”, señaló Humala.
El presidente dijo que había dispuesto que el CCFFAA cuente con recursos necesarios para cumplir su misión, pero que al mismo tiempo había instruido que se apliquen programas de apoyo social en la zona para desvincular a la población del narcotráfico.
“Vamos a vencer al narcoterrorismo no solo con las armas sino también con la inclusión social”, apuntó Humala.
Como parte de la estrategia integral para derrotar al narcoterrorismo, mencionó el reforzamiento de la participación de la Policía Nacional en el VRAE, en la represión del ingreso clandestino de insumos químicos para la producción de clorhidrato de cocaína.
“Reducir el flujo de insumos químicos es como cortarle la yugular al narcotráfico –graficó el jefe del Estado–. Por eso también debemos tener como aliados a las autoridades locales del VRAE”.
Humala expresó su expectativa por los planes que había escuchado de los mandos del CCFFAA, pero como profesional militar aconsejó otras acciones estratégicas que, desde su punto de vista, faltaban tomarse en cuenta.
Inteligencia debe ser coordinada
Se discutieron mucho los primeros resultados positivos de la inteligencia conjunta en la que participaban unidades militares y policiales (proyecto Fusión). También se evaluó la denominada Operación Excelencia 777, que aplicó el anterior gobierno, cuyos resultados fueron pobres porque no consiguió la captura de ningún mando senderista importante.
Se insistió mucho en la necesidad de fortalecer la inteligencia estratégica y en conjunto como una herramienta básica para sorprender al enemigo narcoterrorista, así como en la necesidad de que el sistema de interceptaciones de la policía antidrogas contribuya más identificar las comunicaciones de los narcoterroristas.
La información es entregada solamente a las autoridades judiciales y no es comunidad de inteligencia.
Fuente: Diario La Republica
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