Collage: La Voz de Rusia
Anteriormente trascendió que Moscú y Pekín
están preparando los ejercicios conjuntos terrestres de una envergadura
sin precedentes.
Las maniobras ruso-chinas siempre
despiertan interés y cautela tanto en Asia como en Occidente. El año
pasado, por ejemplo, tuvo una gran resonancia el simulacro naval
conjunto en el mar Amarillo. Las maniobras, que contaron con la
participación de veinticinco buques de guerra y embarcaciones de apoyo
de diversas clases así como de grupos de aviación, tenían como objetivo,
según Moscú y Pekin, estimular la cooperación estratégica entre China y
Rusia y sus Fuerzas Armadas y no representaban ninguna amenaza para los
terceros países.
Este año los dos Estados llevarán a
cabo los ejercicios terrestres antiterroristas, lo cual resulta
perfectamente comprensible. El año que viene EEUU retirarán sus tropas
de Afganistán, mientras la situación en este país está lejos de ser
estable. Ante la amenaza terrorista que proviene de Afganistán, Pekín y
Moscú acordaron realizar un simulacro conjunto más, aparte de las
maniobras anuales en el marco de la Organización de Cooperación de
Shanghái (OCS).
En este contexto algunos expertos chinos
hablan incluso, aunque de manera extraoficial, de la posibilidad de una
alianza militar de Moscú y Pekín. Si Japón. Corea del Sur, Filipines,
Australia, Singapur tienen un aliado tan potente como EEUU, sería lógico
que China se uniera con Rusia, opinan ellos. No es una opinión sin
fundamento, cree el experto de la Academia rusa de los Problemas
Geopolíticos, Konstantín Sivkov:
—Desde el punto de vista geopolítico, esta idea es muy acertada. El bloque político-militar formado por China y Rusia
permitiría controlar toda Eurasia y sería invencible, ya que como
aliados Moscú y Pekín disfrutarían de una situación geopolítica
insuperable.
Sin embargo, sería incorrecto hablar
de la creación de una alianza militar entre los dos países. Se trata
solamente de la cooperación, afirma el director del Centro de
investigaciones político-sociales, Vladímir Evséev:
—La
discusión sobre una eventual alianza militar chino-rusa es prematura.
Nos unen unos lazos políticos y económicos muy sólidos pero en materia
de la seguridad hay cierto distanciamiento. Se debe, en particular, a la
diferencia del potencial económico y militar de nuestros países.
Conforme China se irá convirtiendo en el centro de una nueva geopolítica
de Asia, la posibilidad de una alianza con Rusia irá disminuyendo. Se
podrá hablar de una cooperación estratégica, pero nada más.
En
cualquier caso, no cabe duda de que las maniobras conjuntas reforzarán
la capacidad de disuasión de ambos países. Además, Pekín, que se
convirtió en el único adversario estratégico de Washington en Asia,
necesita fortalecer su cooperación con Moscú para contrarrestar la
creciente influencia de EEUU y sus aliados. Entretanto las Fuerzas
Armadas de China no tienen mucha experiencia de interacción con los
ejércitos de otros países, pero el simulacro conjunto ruso-chino
suplirá, en cierta medida, este vacío.
La voz de Rusia
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